1/08/25

Diagnóstico y soluciones para afrontar la crisis de la Iglesia

Javier García Herrería


El profesor Juan Luis Lorda ofrece en su canal de youtube un análisis divulgativo sobre la crisis actual que enfrenta la Iglesia y propone una serie de sugerencias para afrontarla. Sorprende que para su exposición reconozca haber recurrido a herramientas de inteligencia artificial, como chat GPT y Bing, aunque evidentemente el núcleo de la exposición se base en sus reflexiones personales.

Un diagnóstico de la crisis

Lorda identifica tres grandes factores que han llevado a la pérdida de fe en muchos creyentes:

  1. Dudas históricas: Las incertidumbres sobre Jesucristo y la fiabilidad de los textos bíblicos generan confusión y desconfianza en algunos.
  2. Influencia de la secularización: Un entorno cultural y social adverso a la fe, alimentado por procesos de descristianización en Occidente. Lorda destaca el papel de la televisión en el siglo XX (que sustituyó el rol formativo de la familia) y la crisis de la educación religiosa, que alteraron los modelos tradicionales de transmisión de la fe.
  3. Experiencias negativas con la religión: Tanto personales como globales, como el escándalo de la pederastia, han afectado profundamente la percepción de la Iglesia.

En este contexto, Lorda subraya que la Iglesia, al intentar renovarse tras el Concilio Vaticano II, afrontó tensiones internas que derivaron en una crisis que afectó a muchos aspectos. 

Volver a la tradición con equilibrio

Lorda advierte sobre una postura común entre algunos grupos: la idea de cortar con todo lo sucedido tras la muerte de Pío XII en 1958 para «recuperar la tradición». Aunque esta intención parte de un deseo de fidelidad, olvida que la verdadera tradición incluye la comunión con el Papa y la unidad de la Iglesia. Según Lorda, un diagnóstico incorrecto impide abordar correctamente los problemas actuales, cuya solución pasa por recordar que la Iglesia es obra del Espíritu Santo.

¿Qué debemos hacer? Tres pasos fundamentales

Tras el diagnóstico, Lorda plantea tres acciones esenciales para afrontar la crisis de la Iglesia:

  1. Celebrar bien la Eucaristía. La celebración de la Eucaristía, fuente de vida para la Iglesia, debe hacerse con devoción y en comunión con la Iglesia universal. La Iglesia nace de la Eucaristía y esto es casi tan difícil de creer como decir que lo que hace a la Iglesia es la cruz, pero al final es lo mismo. Lo más eficaz para cambiar el mundo no depende de la prensa o las redes sociales, sino de priorizar lo que Jesucristo dispuso: “Haced esto en memoria mía”.
  2. Evangelizar con un espíritu más carismático. Inspirándose en el mandato de Jesús de «hacer discípulos de todos los pueblos», Lorda subraya la importancia de conocer primero al Señor para poder darlo a conocer a otros. Recomienda que la Iglesia en Europa adopte un enfoque más carismático, similar al de las comunidades de América, para revitalizar su impulso evangelizador.
  3. Vivir el mandamiento del amor. Amar a los demás como Cristo amó es el testimonio más poderoso de la existencia de Dios. Según Lorda, este amor no solo refuerza la unidad de la Iglesia, sino que también es el signo distintivo de los discípulos de Cristo.

Con estas propuestas, Lorda invita a los cristianos a asumir su misión con esperanza, recordando que la eficacia de la Iglesia proviene del Espíritu Santo y no solo de sus propios esfuerzos. «Estamos en una empresa sobrenatural», concluye, poniendo el foco en la fe, la comunión y el amor como pilares fundamentales para superar los desafíos actuales.

Fuente: omnesmag.com