6/05/09

Los frutos del año de san Pablo: oración, estudio y ecumenismo


Entrevista con el cardenal Andrea Cordero Lanza, arcipreste de la basílica San Pablo Extramuros


Desde que comenzó la celebración del Año Paulino, diariamente han entrado a la basílica San Pablo Extramuros unos 10 mil peregrinos.
El domingo 28 de junio el Papa Benedicto XVI celebrará la ceremonia de clausura de este año jubilar con unas vísperas solemnes.
El cardenal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, arcipreste de la Basílica San Pablo Extramuros, donde yace la tumba del apóstol, fue quien dio la idea al Papa Benedicto XVI de celebrar este año temático, el primero dedicado en la historia de la Iglesia al Apóstol de Gentes.
ZENIT ha conversado con el purpurado italiano quien presenta un balance sobre los frutos espirituales, intelectuales y ecuménicos que ha traído para la Iglesia esta conmemoración.
--¿Cómo ve el panorama general de la celebración del Año Paulino?
--Cardenal Cordero Lanza di Montezemolo: Creo que muy bien. Cuando el Papa anunció la celebración de un año especial por los dos mil años del nacimiento de Pablo, el hecho recibió aceptación con mucho entusiasmo, pero tardaron un poco las iniciativas. Sin embargo, en estos últimos meses se ha dado una actividad enorme. Todos se han movido, han llegado aquí peregrinaciones de miles de personas que se amontonan, pero todo ha transcurrido en orden.
Tenemos una oficina muy activa para organizar las reservaciones para venir a la Basílica y para hacer que las celebraciones litúrgicas se desarrollen de la manera mejor y más oportuna. Hemos dado mucha importancia en los aspectos penitenciales.
--¿Cómo ha visto la actitud de los fieles que diariamente vienen a la Basílica?
--Cardenal Cordero Lanza di Montezemolo: La mayoría han venido con una actitud religiosa, aprovechando el Año Paulino y los privilegios para ganar la indulgencia plenaria. Vienen para rezar y para meditar. Unos cuantos vienen también por curiosidad. O también como turistas. Hay un poco de todo.
En todos hay un impacto, porque la curiosidad es respondida por un conjunto muy fuerte de espiritualidad, enriquecida desde hace veinte siglos por la arquitectura y el arte, los mosaicos entre otros.
--Háblenos un poco de las principales riquezas históricas con las que se encuentran los peregrinos cuando visitan esta basílica
--Cardenal Cordero Lanza di Montezemolo: Aquí tenemos la tumba de san Pablo con todos sus recuerdos y todas las liturgias que se desarrollan desde hace veinte siglos. Desde hace muchos siglos nadie podía verla. Pablo fue martirizado y luego su cuerpo fue escondido, podríamos decir, en una tumba pagana de una familia. Solamente después del año 313, es decir, cuando Constantino dio la libertad de religión, empezó el culto público.
Entonces empezó a construirse una Iglesia constantiniana, luego una basílica más grande y luego un gran cementerio pagano que estaba aquí, en la Puerta Ostiense, y que se transformó en cementerio cristiano. Aquí se construyó la Basílica.
Arriba está el baldaquino, y toda la basílica surge, gigantesca, a su alrededor. Pero no se veía la tumba. Entonces pensé en abrir una brecha para que los peregrinos visitaran la tumba. Descubrimos los muros de la primera basílica constantiniana. Después de abrir esta brecha, ahora se puede ver un lado del gran sarcófago de san Pablo. Eso facilita el que los peregrinos puedan bajar y visitar su tumba.
Hicimos también un arreglo de la parte arqueológica de manera que se pueden ver también los restos de la primera basílica constantiniana. En 1823, hubo un gran incendio que quemó y destruyó casi la totalidad de la basílica. Se salvó el gran mosaico del ábside. Los papas de aquel tiempo, de manera especial Pío IX, quisieron reconstruir la basílica con mucha grandiosidad.
El Papa pidió ayuda a todo el mundo. Como respuesta, por ejemplo, el zar de Rusia, ortodoxo, regaló dos grandes altares de lapislázuli. El virrey de Egipto regaló todos los alabastros para todas las ventanas, regaló columnas de alabastro para el baldaquino y también para la puerta principal. Ahora bien, necesitaba una restauración. Por este motivo, con ocasión del Año Paulino, hicimos no sólo una limpieza general sino también una restauración de muchas partes.
En el ábside puede admirarse al Cristo de 24 metros. A su derecha está normalmente Pedro y a la izquierda Pablo. Aquí está al revés. En el año 1200 pusieron a san Pablo y san Lucas, autor de los Hechos de los Apóstoles a la derecha y a la izquierda están Pedro y Andrés. Al pie derecho de Cristo la imagen del Papa Honorio III que en 1220 fue quien mandó a hacer ese 0 gran mosaico.
Logramos instalar una nueva iluminación no sólo del mosaico sino también de todo el ábside y de la nave central y cuando está todo iluminado resulta magnífico: causa impresión entre los peregrinos y turistas.
Arreglamos también una parte cerca del claustro para hacer un museo, un área de exposición. Estamos trabajando para hacer más cosas y dar al conjunto de la abadía una nueva vitalidad y actividad, iniciativas que puedan durar. Es importante que cuando acabe el Año Paulino se dé continuidad a las iniciativas culturales, espirituales, actividades y encuentros.
--¿Cómo han sido las jornadas de estudio y de profundización de de la figura de san Pablo que han organizado este año?
--Cardenal Cordero Lanza di Montezemolo: San Pablo es el más grande comunicador que nos ha hecho ver la Palabra de Dios. Si uno presta atención, en la liturgia actual, tanto en las misas como en las oraciones, más de la mitad de las citas vienen de las cartas de San Pablo.
El mensaje de Pablo es muy variado. No es fácil. Hay que saber interpretarlo. Hay que recordar que Pablo era una persona que tenía prácticamente tres culturas. Era un judío que había estudiado muy bien toda la cultura judía, conocía las escrituras, las conocía de memoria, el lenguaje y la mentalidad.
Era un fariseo, él mismo lo dice, conocía muy bien la ley e insistía en la observancia de la ley. En aquel tiempo, la cultura fundamental era la griega, el helenismo, la filosofía de la tradición griega. Escribía y hablaba normalmente en griego. Era también ciudadano romano y, como romano, sabía latín.
Tenía concentradas tres culturas. Se nota en toda su manera de escribir y presentar las cosas, su respeto de la ley.
Tras la conversión en el camino a Damasco, una conversión milagrosa, tomó completamente todo el mensaje de Cristo hasta decir "no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí" (Gálatas 2, 20). Esta es la riqueza de su mensaje. Es un mensaje muy variado. No se puede decir en pocas palabras en qué consiste.
Toda la visión que tenemos de la redención en Cristo está profundamente radicada en lo que Pablo nos ha transmitido. Hay que recordar esto: ¿cómo conoce san Pablo estas cosas? Él nunca encontró al Cristo histórico. Todo lo que Pablo sabe no fue en vida de Cristo, pero coincide con sus conocimientos de las Escrituras. Esto le llevó a decir: "este es el Cristo que los judíos estaban esperando".
--¿Cómo ha facilitado el Año Paulino el acercamiento entre diferentes credos?
--Cardenal Cordero Lanza di Montezemolo: Esta basílica, más que las otras basílicas papales, tiene la tarea especial del ecumenismo. Hemos celebrado juntos la liturgia, pero no los sacramentos, esto se hará cuando la unidad entre las iglesias sea conseguida.
Hemos hecho reuniones para pedir juntos y de manera especial para estudiar porque es riquísimo el patrimonio que las distintas iglesias y comunidades tienen alrededor de Pablo. De manera especial todas las iglesias orientales que tienen una visión bastante distinta en muchas cosas de toda la tradición cultural de occidente. Así que es una ocasión para hacer una confrontación y enriquecernos.
Tuvimos algunos encuentros, muy interesantes con grupos que han estado en Roma. Entre cristianos no católicos hay teólogos e intérpretes de las Sagradas Escrituras muy hábiles que pueden también ayudar en una visión más completa y más interesante.
También hicimos un encuentro con los judíos. Esto ya no es ecumenismo en un sentido estricto de la palabra pero en un sentido más ancho de una colaboración en un plan de cultura, una colaboración de la Universidad Judía de Jerusalén hizo un congreso tres días y una sesión en la abadía y fue muy interesante. Allí pudimos ver exactamente estos aspectos de la personalidad de Pablo que era un fariseo, que era un hombre de una gran cultura hebrea.
Estamos todavía bastante lejos de lo que Jesús pidió al Padre en la última cena: "que todos sean uno" (Jn. 17, 21). Sin embargo son unos pasos pequeños algunas veces, grandes otras veces. De vez en cuando también algunos pasitos atrás pero siempre son buenos pasos hasta que podamos entendernos más.
--¿Qué iniciativas tendrá la Basílica para que no se pierda este espíritu, una vez finalizado el Año Paulino?
--Cardenal Cordero Lanza di Montezemolo: Organizar bien la acogida de los peregrinos que seguirán viniendo. Hay algo que llama la atención. Hicimos en el cuadripórtico fuera una llama. El Papa mismo, el 28 de junio del año pasado, vino y la iluminó. Tal vez la vamos a apagar al final del año Paulino. Sin embargo muchos piden que alrededor de esta llama papal se alumbren velas que serán ofrecidas a los peregrinos. Lo que la gente pide es que se continúe con esta vitalidad. Se creará también un área penitencial. Seguiremos celebrando no solamente misas y encuentros de oración sino también iniciativas de estudio.