LOS FRUTOS DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD Y SU IMPACTO EN ESPAÑA
Guión-Conferencia del cardenal Rouco en el Consejo Pontificio para los Laicos
I. Los frutos de la JMJ-2011 en la Archidiócesis de Madrid
1. En síntesis − finalizada la Jornada
a. Una renovada e interiorizada conciencia de la Catolicidad de la Iglesia. Se podría aplicar a la experiencia nuestra un efecto multiplicado “del dicho” de Romano Guardini: “Un acontecimiento de imprevisible trascendencia ha comenzado: ¡la Iglesia despierta en las almas!”.
-- de forma especialmente impactante en los jóvenes
-- aunque haya alcanzado a toda la comunidad diocesana que vivió la presencia del Santo Padre y de la juventud del mundo como “una nueva primavera de la Iglesia”.
b. Una espiritual y pastoralmente intensificada adhesión a Jesucristo, el Redentor y Salvador del hombre; manifestado:
--en una disponibilidad creciente para orientar toda la vida y misión de la Iglesia, pastoral y espiritualmente, sin rodeos y preludios “mundanos” hacia Él, “su Cabeza” y Pastor Supremo.
--en una disponibilidad creciente de las generaciones jóvenes a centrar su experiencia eclesial y humana en Él: “Su Hermano, Su Amigo, su Señor”.
--en una creciente adhesión a manifestarse libre y gozosamente como “cristiano” en la vida pública.
c. Una renovada toma de conciencia de la responsabilidad de la vocación para “la Misión” hacia dentro y hacia fuera de la Iglesia, manifestada:
--en el asumir positiva, creativa y apostólicamente la llamada a la Nueva Evangelización.
--en el propósito entusiasmado de poner en marcha “una Misión” diocesana, con el epicentro en la juventud.
--en una apertura creciente a los dones y carismas extraordinarios que el Señor dispensa a su Iglesia hoy.
d. Una renovación humana y espiritual de la relación Iglesia y sociedad, manifestada:
--en el crecimiento del aprecio de la Iglesia por parte de la opinión pública.
--en el crecimiento de la toma de conciencia dentro de la Iglesia del valor insustituible de su presencia y acción evangélicamente transformadora de las realidades temporales en sus más distintos aspectos: economía, sociedad, cultura, política.
--en el aspecto generalizado del valor del estilo cristiano de vivir y de “ser hombres” para lograr una sociedad y una civilización del amor.
--especialmente en una época o momento histórico de “Crisis”.
2. En análisis de aspectos parciales y detallado de la vida y de la misión de la Iglesia
1. En el proceso de “preparación”
--“La Cruz” y “el Icono” de la JMJ.2011: una contribución “misionera” a la vitalización de la Pastoral Juvenil. Las jóvenes testigos del Crucificado y de su Madre, en público
--Los momentos de oración y de adoración en todo el proceso de preparación espiritual, pastoral y técnico de la JMJ.
--Una “corriente de aire” espiritualmente fresca en las comunidades parroquiales.
--Una integración en “el empeño” diocesano de la preparación de la JMJ.2011 de la vida consagrada y de todas las realidades eclesiales.
--“Nacimiento” y “crecimiento” en la comunidad diocesana de una verdadera “tensión” evangelizadora.
--“La movilización” de “los católicos” en todos los ámbitos de la vida pública: desde la Economía a la Universidad, desde los círculos y sectores culturales a la Política; de los profesionales más insignes al pueblo de Madrid.
--La formación de una más intensa Pastoral Vocacional.
2. En la celebración de la JMJ misma
--Una puesta en acción y una experiencia personal y comunitaria del “principio de comunión eclesial” de una extraordinaria fidelidad y entrega. El reto de “la acogida” y de “las catequesis”.
--Una participación en todo “el curso” de los días de la JMJ, de calidad y acompañamiento espiritual, extraordinarios: el valor de la oración asumida por toda la Comunidad Diocesana. “La Vida Contemplativa” de comunidades y de Consagrados y de las comunidades parroquiales, de las familias y de muchas almas.
--Una actuación espiritual y actitud de servicio y solidaridad institucional y ciudadana, sin precedentes; sólo explicable por la tradición y las raíces cristianas de la sociedad madrileña.
--El impacto de la presencia del Santo Padre y de la acogida entusiasta y multitudinaria, como un factor de renovación del “sí histórico” de los católicos y los ciudadanos de Madrid al Sucesor de Pedro y a la Iglesia de Cristo.
--Una confirmación activa del entusiasmo y el fervor por “una Liturgia”, digna de los Misterios que se celebran y fiel al Vaticano II.
--Un apoyo decisivo a la Pastoral a la Pastoral de la Penitencia, ya iniciada y trabajada desde hacía décadas en la Archidiócesis de Madrid −”la Fiesta del Perdón”−.
--Una “lección” de pedagogía religiosa popular que confirmaba y renovaba lo mejor de la tradición española: “El vía Crucis”.
--Un apoyo “excepcional” para sembrar el amor a la vida consagrada entre los jóvenes. El encuentro con las Religiosas jóvenes
--Un apoyo valiosísimo a la Pastoral Universitaria.
--Un apoyo poderosísimo para la Pastoral social, especialmente con los más necesitados: discapacitados, enfermos,…; pueblos y países pobres; jóvenes en familias en crisis; en paro, etc.
3. Una actuación especial merece “la Pastoral Juvenil”
a. Confirmación y preparación de “un camino” de largo recorrido:
--Valentía para proponer a Cristo como el centro de la vida del joven.
--Valentía para proponer a la Iglesia como “su lugar”, para encontrar a Cristo y crecer y madurar en su vocación y en su realización como personas.
--Valentía para abrir cauces de búsqueda de conversión y de misión.
b. Desde “Santiago de 1989” a “Madrid 2011”: un camino de etapas consecuentes en “la misión” de los jóvenes y para los jóvenes de Madrid.
c. La respuesta de la pastoral general y la vivencia fiel de “la Comunión eclesial”.
--El éxito de la aplicación del principio “de comunión” en la Diócesis y con la Iglesia Universal.
--Sin miedo a “las nuevas realidades eclesiales”. Mejor aún: ¡agradecimiento!
--Sin cobardías y apocamientos ante las posibilidades de la pastoral juvenil en los ámbitos parroquiales.
--y en los escolares y universitarios.
--un nuevo campo para “la misión” joven.
--Nuestros proyectos: “el 12 de Mayo”; “Misión-Madrid”.
d. La vocación contemplativa y la vida de oración de los jóvenes:
--Penitencia y Eucaristía
--Propuesta humana y cristiana imprescindible por “la misión” “ad gentes” y entres los pobres.
--Las formas y tiempos de “la adoración” y su fuerza evangelizadora.
II. El impacto pastoral en España
1. La peregrinación de la Cruz y del Icono
--Un toque de atención misionera extraordinaria.
--Una fuerte renovación de la Pastoral Juvenil.
--Una creciente sensibilidad para la importancia de la Pastoral vocacional.
2. Afirmación y vivencia profunda del principio de “Comunión”
--con el Papa
--de los Obispos y Diócesis Españolas entre sí y con el Sucesor de Pedro.
--con toda la Iglesia Universal: la cuota de solidaridad.
3. Un impulso para una gran puesta en marcha de un programa de Nueva Evangelización
--El nuevo “Plan Pastoral” de la CEE.
--El Congreso de Pastoral Juvenil
--El Año de la Fe
4. Una aportación formidable para afrontar con la esperanza purificada y renovada el nuevo periodo de la historia de España
--con la Iglesia, más apreciada y entendida. “Es joven”, con un rostro humanamente fascinante, irradiadora de buena cultura, de valores familiares, de solidaridad.
--con la vocación espiritualmente acrecentada para cumplir con su misión apostólica de forma valiente y comprometida con una evangelización de la España tradicionalmente “Católica”, renovadora y transformadora de las conciencias personales y de la colectiva.