La Virgen acude siempre con prontitud a la necesidad de su hijos
Homilía del Papa en la Misa de ayer
Cuando María conoció la noticia que sería madre de Jesús, también el anuncio de que su prima Isabel estaba embarazada, dice el Evangelio, se fue con prontitud. No esperó, no ha dicho: ahora yo estoy embarazada, debo tener cuidado con mi salud, mi prima tendrá amigas que quizá le ayudarán. Ella escuchó algo y se fue con prontitud. Es bonito pensar esto de la Virgen, de nuestra madre, que va con prontitud porque tiene esto dentro. Ayudar, va para ayudar, no va para decirle a la prima: ahora mando yo porque soy la madre de Dios. No, no ha hecho eso. Ha ido a ayudar. Y la Virgen siempre es así, es nuestra madre que siempre viene con prontitud cuando nosotros lo necesitamos. Sería bonito añadir a las letanías de la Virgen una que diga así: "Señora que va con prontitud, ora por nosotros". Es verdad eso ¿no? Porque ella va siempre con prontitud. Ella no se olvida de sus hijos, y cuando sus hijos están en dificultad, tienen necesidad y la invocan, ella va con prontitud. Y esto nos da una seguridad, una seguridad de tener la madre al lado, junto a nosotros, siempre. Se camina mejor en la vida cuando tenemos a la madre cerca. Pensemos en esta gracia de la Virgen, esta gracia que nos da de estar cerca de nosotros pero sin hacernos esperar, siempre, ella es, tengamos confianza en esto para ayudarnos. La Virgen que siempre va con prontitud, por nosotros. También la Virgen nos ayuda a entender bien a Dios, a Jesús, a entender bien la vida de Jesús y la vida de Dios; a entender bien qué es el Señor, cómo es el Señor, quién es Dios.
A vosotros, niños, os pregunto ¿quién sabe quién es Dios? Alzad las manos. Dime. Eso es. Creador de la Tierra. Y ¿cuántos Dioses hay? Uno. Pero a mí me han dicho que hay tres, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¿Cómo se explica esto? ¿Hay uno o hay tres? ¡Uno, uno! ¿Y cómo se explica que uno sea el Padre, el otro el Hijo y el otro el Espíritu Santo? Fuerte, fuerte, esa está bien. Son tres en uno. Tres personas en una. ¿Y qué hace el Padre? El Padre es el principio, el Padre que ha creado todo, nos ha creado a nosotros. ¿Qué hace el Hijo? ¿Qué hace Jesús? ¿Quién sabe qué hace Jesús? Nos ama, y además lleva la Palabra de Dios, Jesús viene a enseñarnos la Palabra de Dios. Muy bien esa. Y después ¿qué ha hecho Jesús en la Tierra? Nos ha salvado. Y Jesús ha venido para dar su vida por nosotros. El Padre crea el mundo, Jesús nos salva y el Espíritu Santo ¿qué hace? ¡Nos ama! ¡Nos da el amor! Todos los niños juntos: el Padre crea el mundo, Jesús nos salva y el Espíritu Santo nos ama. Y esta es la vida cristiana, hablar con el Padre, hablar con el Hijo y hablar con el Espíritu Santo. Y Jesús nos ha salvado pero también camina con nosotros en la vida. ¿Es verdad esto? ¿Y cómo camina, qué hace cuando camina con nosotros en la vida? Esta es difícil, quien la haga gana el derby. ¿Qué hace Jesús cuando camina con nosotros? ¡Fuerte! Primero nos ayuda, ¡nos guía! Muy bien. Camina con nosotros, nos ayuda, nos guía y nos enseña a ir adelante. Y también Jesús nos da la fuerza para caminar, de verdad. ¡Nos sostiene! en las dificultades ¿verdad? Y también en las tareas de la escuela. Nos sostiene, nos ayuda, nos guía, nos sostiene. Eso es, Jesús va siempre con nosotros. Pero escucha, Jesús nos da la fuerza. ¿Cómo nos da la fuerza Jesús? Eso lo sabéis, ¿cómo nos da la fuerza? Fuerte, no oigo. En la comunión nos da la fuerza y precisamente nos ayuda con la fuerza. Él viene a nosotros. Pero cuando vosotros decís nos da la comunión, pero ¿un trozo de pan tanta fuerza te da? ¿Pero eso no es pan? Es pan. Esto es pan pero lo que hay en el altar ¿es pan o no es pan? Parece pan, ¡bien! No es pan ¿qué es? Es el cuerpo de Jesús, Jesús viene en nuestro corazón. Pensemos en esto. El Padre nos ha dado la vida, Jesús nos ha dado la salvación, nos acompaña, nos guía, nos sostiene, nos enseña. El Espíritu Santo, ¿qué nos da el Espíritu Santo? ¡Nos ama! Nos da el amor.
Pensemos a Dios así y pidamos a la Virgen, la Virgen nuestra madre, con prontitud siempre, que nos enseña a entender bien cómo es Dios, cómo es el Padre, cómo es el Hijo y cómo es el Espíritu Santo.