Durante el mes de noviembre, el Papa pide “por los cristianos de Asia, para que favorezcan el diálogo, la paz y la comprensión mutua, especialmente con aquellos que pertenecen a otras religiones”.
Afirma el Papa que trabajar en el diálogo “es parte esencial de la misión de la Iglesia en Asia”. Y dado que en este continente el cristianismo representa una minoría, Francisco considera que se trata de un “desafío apasionante”.