El Papa a los líderes del “Pacific Islands Forum Secretariat”
Excelencias, Ilustres señoras y señores:
Doy las gracias a todos vosotros, líderes del Pacific Islands Forum, que con vuestra presencia manifestáis las diferentes realidades de una región como el Océano Pacífico, tan rica en bellezas culturales y naturales.
Esa región, lamentablemente, también plantea serias preocupaciones para todos nosotros y especialmente para las personas que viven allí, muy vulnerables a los fenómenos extremos ambientales y climáticos cada vez más frecuentes e intensos. Pero también pienso en las repercusiones del grave problema de la elevación del nivel del mar, así como en la disminución continua y dolorosa del arrecife coralino, un ecosistema marino de gran importancia. En este sentido, recuerdo la pregunta alarmante formulada hace casi treinta años por los obispos de las Filipinas: ¿Quién ha convertido el maravilloso mundo marino en cementerios subacuáticos despojados de vida y de color? Son muchas las causas que han llevado a este deterioro del medio ambiente y por desgracia muchas de ellas se deben a una conducta humana imprudente, unida a formas de explotación de los recursos naturales y humanos cuyo impacto llega hasta el fondo de los océanos.
Y cuando hablamos de elevación del nivel del mar, que “afecta principalmente a las poblaciones costeras empobrecidas que no tienen a dónde trasladarse” pensamos en el problema del calentamiento global, que es ampliamente discutido en muchos foros y debates internacionales. Estos días en Bonn se celebra la COP-23, la vigésimo tercera sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que este año se llevará a cabo bajo la presidencia de uno de los países representados por vosotros, la Islas Fiji. Espero que los trabajos de la COP-23, así como los que la siguen, tengan siempre en cuenta esa “Tierra sin fronteras, donde la atmósfera es muy delgada y débil”, como la describía uno de los astronautas actualmente en órbita en la Estación Espacial Internacional, con quien recientemente tuve una conversación muy interesante.
Venís de países que, con respecto a Roma, están en las antípodas; pero esta visión de una “Tierra sin fronteras” anula la distancia geográfica y recuerda la necesidad de una sensibilización mundial, de una colaboración y de una solidaridad internacionales, de una estrategia compartida, que no consientan que sea posible permanecer indiferentes ante problemas tan graves como la degradación del medio ambiente y de la salud de los océanos, relacionadas con la degradación humana y social que vive la humanidad de hoy.
Por otra parte, no sólo las distancias geográficas y territoriales, sino también las temporales se anulan con la toma de conciencia de que todo en el mundo está conectado estrechamente: Han pasado casi treinta años desde el llamamiento de los obispos filipinos y la situación de los océanos y del ecosistema marino no se puede decir, ciertamente, que haya mejorado, frente a los numerosos problemas que llaman en causa por ejemplo, la gestión de los recursos ícticos, las actividades en la superficie o en las profundidades, la situación de las comunidades costeras y de las familias de pescadores, la contaminación causada por la acumulación de plástico y micro-plástico. “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?” Esta pregunta no es solo sobre el medio ambiente en forma aislada […].Cuando nos interrogamos por el mundo que queremos dejar, entendemos sobre todo su orientación general, su sentido, sus valores”.
Os doy las gracias por esta visita que me agrada mucho y os bendigo de corazón así como a vuestras naciones. Gracias