12/19/11


EL MISTERIO DE UN NACIMIENTO QUE HA CAMBIADO EL MUNDO


Padre Pietro Messa

¿El Nacimiento del Niño Jesús ha cambiado verdaderamente la historia de la humanidad? ¿Es verdad que los poderosos y la gente entendieron de inmediato la importancia de aquel nacimiento? ¿Por qué contamos los días desde aquel nacimiento? ¿Y qué significado tiene armar el pesebre, para la vida de cada uno de nosotros?
Para responder a estas y otras preguntas, ZENIT entrevistó al padre Pietro Messa, presidente de la Escuela Superior de Estudios Medievales y Franciscanos de la Pontificia UniversidadAntonianum de Roma.
¿Qué significado tiene en la historia, y específicamente en el pesebre hecho por San Francisco, la figura del Niño Jesús?
--Padre Pietro Messa: Sabemos que los primeros cristianos, siendo todos de religión hebrea, observaban el sábado, pero al día siguiente, o sea en el actual domingo, se reunían para conmemorar la Resurrección. Por lo tanto, la primera fiesta por excelencia que se celebró, es la Pascua… De modo sucesivo empezaron a celebrarse otros acontecimientos de la vida de Jesús, tal como el nacimiento, fijado el 25 de diciembre, es decir, en el mismo día en que se celebraba anteriormente el Sol invictus, o sea no vencido por las tinieblas, dado que pasó el solsticio de invierno, los días comenzaron a extenderse y la luz se impuso sobre la oscuridad de la noche. De la celebración se pasa a la representación y de allí a las peregrinaciones a Belén, la ciudad de David, de cuya descendencia nació Jesús.
Solamente las peregrinaciones –expresión e incentivo a la vez de la relación con los lugares de la vida terrena de Jesús--, fueron el motor para la narración y representación de la humanidad de Jesús. En este contexto se ubica el deseo del hermano Francisco de Asís, expresado a la población de Greccio, Italia, en 1223, a fin de ver “con ojos humanos”, cómo el niño Jesús fue acostado en un pesebre entre el asno y el buey. Y así, en la noche de Navidad, sobre un pesebre donde estaban los dos animales de la tradición, fue celebrada la Eucaristía de tal modo que se pudiera ver “con los ojos del cuerpo” el pan y el vino consagrado y creer, gracias al Espíritu Santo en la presencia del Cuerpo y Sangre de Cristo (para profundizar más, cfr. U. Occhialini-P. Messa, Il primo presepio del mondo, Ed. Porziuncola, Asís 2011).
En un mundo secularizado como el actual, el nacimiento del Niño Jesús viene siendo banalizado e insertado en el contexto de un “mito”, en el cual pueden creer solo los niños. ¿Por qué, según los cristianos, este nacimiento ha cambiado el mundo?
--Padre Pietro Messa: Podría ser que la peor desmitificación de la Navidad no sea la de creer que sea un mito, sino la reducción de la misma a la fiesta de la bondad, del altruismo, del extender la mano a los necesitados. No es que estas cosas no sean importantes o que no estén presentes en el Evangelio, pero lo central es que Jesús viene a nosotros porque ha optado por nuestra pobreza. Él nos tiende la mano hasta el final, cuando su brazo será extendido sobre la cruz. Como dijo la clarisa sor Chiara Tarcisia del promonasterio Santa Clara de Asís, en los últimos meses de su existencia: “¡Lo importante en la vida es amar, pero sobretodo dejarse amar!” Y la Navidad es tiempo propicio para dejarse amar; y esto no nos lleva a la pasividad porque Jesús nos ama como somos, pero no nos deja como estamos, sino que nos vuelve capaces de amar en forma creativa y eficaz. De este modo, el encuentro con su Presencia transforma y da inicio a una nueva humanidad.
Los cristianos hablan de Jesús como el Salvador, ¿por qué?
--Padre Pietro Messa: Jesús de Nazaret –un pueblo del que, según algunos, no podía venir nada bueno--, anduvo por los caminos de la Palestina y, como de otras personas, también de él se preguntaban quién sería. Las respuestas a tales preguntas fueron de lo más diversas, pero quien no se cierra en sus propios esquemas se da cuenta de que cada respuesta resulta inadecuada o mejor dicho, poco exhaustiva. Y así, cada vez más, se ha reconocido su realidad como Mesías, es decir, ungido del Altísimo y por tanto el Salvador. Pero la persona de Jesús, aún cuando se llegue a algunas certezas definitivas en los dogmas, abre continuos interrogantes y, como nos lo muestran los santos, siempre hay algo más de qué maravillarse; es decir, algo por lo cual detenerse a contemplarlo con estupor.
La fecha, la Estrella, los Magos, ¿son estos los argumentos para recordarlo como un hecho que ha sucedido en la historia?
--Padre Pietro Messa: El relato de Jesús se ha dado dentro de las coordenadas de la historia, es decir, en un espacio y en un tiempo: el espacio es aquel de la Palestina y el tiempo es –como se dice en el Credo- “bajo Poncio Pilato”. Pero eso no basta porque muchos vieron su humanidad, escucharon su palabra, admiraron también los milagros que hizo, pero solo algunos creyeron en su divinidad. Como afirma Francisco de Asís en la primera Admonición, los discípulos vieron “con ojos humanos” su humanidad, pero creían en su divinidad. Así, en Jesús hay una historia real pero también algo que supera la historia; por eso es importante, como recuerda Benedicto XVI, que exista una razón abierta al misterio y una fe razonada. De otro modo, caeremos en el racionalismo o en el fideísmo.
Jesús es un acontecimiento racional, pero que supera la razón y cuando la razón quiere ser omnicomprensiva, es decir, que tiene la pretensión de comprenderlo todo, se cae en el racionalismo. Igualmente, cuando la fe excluye a la historia y a los descubrimientos de la razón, se convierte en un fideísmo que aparece desviada, incluso violenta.
¿Quiénes otros, además de los cristianos, le han dado importancia a aquel nacimiento sucedido hace más de dos mil años?
--Padre Pietro Messa: Muchas personas, incluidos los musulmanes, para quienes Jesús es un gran profeta. Monseñor Padovese decía que en la misa de Navidad en Turquía, estaban presentes también los musulmanes y en una de sus homilías supo aprovechar tal presencia con sabiduría. Afirmó que todos estaban en fiesta por el nacimiento de Jesús, para algunos porque era un gran profeta, para los cristianos porque era la manifestación de la misericordia, más todavía presencia de Dios entre los hombres siendo el Hijo de Dios.
¿Por qué gran parte del la humanidad marca el tiempo desde aquel nacimiento?
--Padre Pietro Messa: En el 313 se dio el edicto de Constantino que en cierto sentido marcó el fin de las persecuciones; sucesivamente, el cristianismo se convirtió en la religión oficial. Y así, el cómputo del tiempo comenzó a marcarse desde su nacimiento, reconociendo en este el cumplimiento de las antiguas profecías y de las promesas, así como el inicio de una nueva era. Parafraseando al beato Juan Pablo II: Él es “el centro del cosmos y de la historia”.