Nuria Chinchilla
Hablamos mucho de lo que el ser humano ha destruido, y hablamos poco de nuestra autodestrucción en la toma de decisiones diaria, cuando no somos conscientes del impacto que tiene en nosotros, en los otros y en el entorno
La crisis de salud que se ha desencadenado con el COVID-19 ha cambiado nuestra forma de comunicarnos, relacionarnos, consumir, emprender… Y se ha convertido en crisis económica, social y ecológica. Es necesario que todos nos impliquemos, como nos recuerdan constantemente los más jóvenes. Y es el momento de implementar una ética del cuidado del otro. Hay miles de afectados, muchos recluidos en campos de refugiados, y otros muchos en nuestras ciudades. El ser humano lo es, en gran medida, porque cuida del otro.
Como escribí en mi discurso de ingreso en la RACEF, Hacia una economía más humana y sostenible:
«De la misma manera que hubo un tiempo en el que ignorábamos el impacto de nuestras industrias sobre el medio ambiente, muchas empresas ignoran hoy el hecho de que están destruyendo la ecología humana y contaminando sus propias organizaciones y la sociedad con unas prácticas que la perjudican y deshumanizan, cuando no permiten que sus empleados cumplan sus roles como miembros de una familia y de una comunidad.
Vivimos ya en un mundo permanentemente conectado. El planeta Tierra es una aldea global que debe afrontar la “incómoda” verdad de lo que vengo llamando “contaminación social” y su insostenibilidad: individuos deshumanizados y “contaminados” por una sociedad sin valores.
Preservar la salud social y la ecología de las personas, de las familias y de las comunidades humanas es tan importante y urgente para la economía como preservar el medio ambiente, cuyo deterioro no deja de ser consecuencia del deterioro de la ecología humana». Podéis leer más aquí.
La iniciativa anual Tiempo de la Creación une a los 2.200 millones de cristianos de todo mundo en torno a un propósito común. Está pensado como una celebración ecuménica. Con tanta injusticia a nuestro alrededor, este es el momento de que los cristianos nos unamos y mostremos al mundo cómo amarnos los unos a los otros y a la creación. Podéis leer más sobre esta iniciativa aquí.
El papa Francisco escribió en su encíclica Laudato Si’:
«Si de verdad queremos construir una ecología que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las ciencias y ninguna forma de sabiduría puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje».
Hablamos mucho de lo que el ser humano ha destruido, y hablamos poco de nuestra autodestrucción en la toma de decisiones diaria, cuando no somos conscientes del impacto que tiene en nosotros, en los otros y en el entorno.
Ya hace 42 años, Féliz Rodríguez de la Fuente nos hizo pensar con un mensaje de plena actualidad:«Salvar la humanidad y la naturaleza». Han pasado muchos años y, si bien las estructuras pensadas por los políticos no siempre ayudan, hemos avanzado en sensibilización. Os dejo el vídeo para que podáis reflexionar sobre ello.
Fuente: Nuria Chinchilla, en blog.iese.edu