9/04/09

San Agustín, punto de encuentro para ortodoxos y católicos

Mensaje del Santo Padre al Simposio Intercristiano


Al venerado HermanoCardenal WALTER KASPERPresidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos
A través de usted, venerado hermano, en calidad de presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, tengo el placer y la alegría de enviar un caluroso y auspicioso saludo a los organizadores y a los participantes del XI Simposio Intercristiano, promovido por el Instituto Franciscano de Espiritualidad de la Pontificia Universidad Antonianum y por la Facultad Teológica Ortodoxa Aristóteles de Tesalónica, prevista en Roma del 3 al 5 de septiembre p.v.
Me alegro ante todo por esta iniciativa de encuentro fraterno y de intercambio sobre los aspectos comunes de la espiritualidad, que es la linfa benéfica ante una más amplia relación entre católicos y ortodoxos. En efecto, estos Simposios, iniciados en el 1992, afrontan temáticas importantes y constructivas para la comprensión recíproca y la unidad de intención. El hecho de que se encuentre alternativamente en un territorio de mayoría católica u ortodoxa permite además un contacto real con la vida concreta, histórica, cultural y religiosa de nuestras Iglesias.
En particular, este año habéis querido organizar el Simposio en Roma, ciudad que ofrece a todos los cristianos testimonios indelebles de historia, arqueología, iconografía, hagiografía y espiritualidad. Fuerte estímulo para avanzar hacia la comunión plena y sobre todo la memoria de los Apóstoles Pedro y Pablo, Protòthroni, y de tantos mártires, testigos antiquísimos de la fe. De ellos escribe san Clemente Romano que "sufriendo... muchos ultrajes y tormentos, se convirtieron en un ejemplo bellísimo para nosotros" (Cf. Carta a los Corintios, VI,1).
El tema elegido para el próximo encuentro: "San Agustín en la tradición occidental y oriental" --argumento que se pretende desarrollar en colaboración del Instituto Patrístico Augustinanum-- resulta de lo más interesante para profundizar la teología y la espiritualidad cristiana en occidente y en oriente, y su desarrollo. El santo de Hipona, un gran padre de la Iglesia latina, reviste en efecto una importancia fundamental para la teología y para la misma cultura de occidente, mientras que la recepción de su pensamiento en la teología ortodoxa se ha revelado más bien problemática. Conocer por tanto con objetividad histórica y cordialidad fraterna las riquezas doctrinales y espirituales que forman el patrimonio del oriente y del occidente cristiano, se convierte en indispensable no solo para valorarlas, pero también para promover un mejor aprecio recíproco entre todos los cristianos.
Expreso por tanto el cordial augurio de que vuestro Simposio sea fructífero para descubrir convergencias doctrinales y espirituales útiles para construir juntos la Ciudad de Dios, donde sus hijos puedan vivir en la paz y en la caridad fraterna, fundadas sobre la verdad de la fe común. Aseguro con este fin mi oración, pidiendo al Señor que bendiga a los organizadores y a las instituciones que éstos representan, los ponentes católicos y ortodoxos y a todos los participantes.
¡La Gracia y la paz del Señor estén en vuestros colaboradores y en vuestras mentes!
En Castel Gandolfo, 28 de agosto de 2009
BENEDICUTS PP. XVI