EN LA FAMILIA LOS HOMBRES HACEN REALIDAD SU FELICIDAD
Luca Marcolivio
La familia no es en absoluto una reliquia del pasado, por el contrario es aquella institución que garantiza un futuro a todas las generaciones. Además, al margen de toda consideración moralista o alarmista, la familia hace y, en muchos aspectos, simplifica la vida de las personas.
Son algunos de los puntos de reflexión surgidos este martes por la mañana en el Vaticano, durante la rueda de prensa de presentación del VII Encuentro Mundial de las Familias, en presencia de los cardenales Ennio Antonelli y Angelo Scola, respectivamente presidente del Consejo Pontificio para la Familia y arzobispo de Milán.
En la Sala de Prensa vaticana intervino también Pierpaolo Donati, profesor de Sociología de la Familia en la Universidad de Bolonia que, con este motivo, ha presentado su libro en italianoFamiglia risorsa della società, de la editorial Il Mulino, 2012.
El cardenal Antonelli, en primer lugar, dió algunas estadísticas del Encuentro Mundial de las Familias, que tendrá lugar en Milán, del 30 de mayo al 3 de junio: 6.900 participantes (de ellos 900 jóvenes) en el congreso teológico pastoral; 104 ponentes de 27 países; cerca de 300.000 participantes en el Encuentro de oración, de testimonio y de fiesta, el sábado 2 de junio por la tarde con el papa Benedicto XVI, cuyo número es destinado a subir a un millón durante el encuentro del domingo por la mañana con el santo padre.
El purpurado anunció la publicación del Enchiridion, que recoge las más recientes enseñanzas de la Sede Apostólica sobre temas de la familia y la vida humana. El texto cubre los últimos años del pontificado de Juan Pablo II y los primeros seis de Benedicto XVI (2005-2011).
El Enchiridion está dirigido sobre todo a los agentes de pastoral familiar, a las asociaciones, a los movimientos profamilia y provida, a los estudiosos, a los docentes, a los políticos y trata temas que van desde la teología y la antropología de la familia hasta la educación familiar, la formación en la vida conyugal, la ética de la vida.
Según el cardenal Antonelli, es incorrecto hablar de "familia víctima de la crisis económica". Es verdad más bien que la crisis económica y la crisis de la familia tienen una "matriz común" que reside en los males antropológicos de nuestro tiempo: el individualismo, el relativismo, el utilitarismo y el consumismo.
Sobre el tema del VII Encuentro Mundial de las Familias --Familia, trabajo, fiesta- el cardenal Scola subrayó dos "rasgos constitutivos": "la unidad de la persona y su estar siempre en relación".
La familia fundada por la unión nupcial entre un hombre y una mujer, además, "más allá de todas las evoluciones culturales que la caracterizan, sigue imponiéndose como la vía maestra para la generación y el crecimiento de la persona", subrayó Scola.
La familia, añadió el arzobispo de Milán, es el lugar en el que el niño aprende a decir "yo", da los primeros pasos, animado por mamá y papá, y "entreve el futuro como promesa". Siempre gracias a la familia cada uno crece en las relaciones sociales y laborales. En especial "saboreamos la confianza recíproca, imprescindible nexo de la convivencia entre los hombres".
El factor fiesta (o descanso) es fundamental por varios motivos: en primer lugar porque restablece un equilibrio entre la vida afectiva y la laboral. "La fiesta es el vértice del descanso, por el uso gratuito y común del tiempo y del espacio que es fuente de alegría --explicó Scola--. El hombre se reconcilia consigo, con los otros y con Dios. No por casualidad todas las tradiciones religiosas han contemplado siempre la fiesta. La nuestra ha tenido siempre en el domingo su rasgo distintivo".
Entre las anticipaciones del Encuentro Mundial de Milán, Scola reveló que el santo padre comerá o cenará con una familia de cada continente, mientras que la Caritas Ambrosiana, en colaboración con la Universidad Católica ofrecerá comidas a las familias más pobres, dando así respuesta a un deseo expreso del papa.
El profesor Donati presentó el ensayo dirigido por él, fruto de una profunda investigación, articulada en torno a una pregunta recurrente en la opinión pública: ¿la familia es todavía un recurso para la persona y para la sociedad, o en cambio es una supervivencia del pasado que ostaculiza la emancipación de los individuos y la llegada de una sociedad más libre, igualitaria y feliz?
Partiendo del arquetipo de "familia normo-constituída" (es decir: marido y mujer con al menos dos hijos), la investigación de Donati revela que la desestructuración de esta definición familiar no mejora, más bien empeora la condición existencial de los individuos, destinados, de este modo, a ser sujetos pasivos, en lugar de protagonistas de la sociedad, capaces de generar "capital humano y social".
La publicación se propone, entre los objetivos, desmontar lugares comunes como el del "familismo amoral", según el cual dentro de la familia el joven es educado en una sustancial indiferencia e irresponsabilidad respecto a la sociedad y los deberes cívicos.
La familia, además, es siempre un "juego con suma positiva", en cuanto si por un lado generar muchos hijos disminuye los recursos económicos disponibles, por el otro se registra una relación inversamente proporcional entre "riqueza económica y riqueza relacional".