Iván de Vargas
El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, ha inaugurado este martes el II Congreso Internacional de Acogida Cristiana en el Camino con una conferencia sobre “La peregrinación a Santiago como encuentro interreligioso y cultural”. En la primera jornada de este encuentro que se prolongará hasta el próximo día 1 de mayo, y que en esta ocasión se está celebrando bajo el lema “El Apóstol Santiago y la búsqueda de Dios en el Camino”, se han dado cita un centenar de personas.
Se trata de unas jornadas organizadas por el Cabildo de la Catedral compostelana con los delegados de Peregrinaciones del Camino, un foro obligado que ha reunido a personalidades de distintos países con estudios relacionados con la peregrinación jacobea y los albergues cristianos. El deán de la catedral de Compostela, Segundo Pérez López, ha sido el encargado de la inauguración de este simposio y en sus palabras ha aludido a la necesidad de tener presente la naturaleza de la ruta jacobea como “un camino de espiritualidad, conversión y devoción al Apóstol Santiago”. En la sesión inaugural han estado presentes, además, el obispo auxiliar de Compostela, monseñor Jesús Fernández González, y el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor Manuel Sánchez Monge.
Durante su intervención en el Aula Magna del Instituto Teológico Compostelano (ITC), monseñor Barrio ha afirmado que la Plaza del Obradoiro es un verdadero Atrio de los Gentiles, donde los peregrinos y visitantes de la ciudad del Apóstol pueden entablar un auténtico diálogo sobre las preguntas eternas que se formula el ser humano: Dios o el sentido de la existencia. “La iglesia particular de Santiago de Compostela sale al encuentro de todos los peregrinos, creyentes y no creyentes, ofreciéndoles su acogida en el amplio “Atrio de los Gentiles” de la Plaza del Obradoiro, atrio del Desconocido, a la vez que los invita a entrar en el espacio sagrado, a franquear el magnífico Pórtico de la Gloria del Maestro Mateo y entrar en la catedral para hacer un rato de oración, para algunos oración a un Dios conocido por la fe, para otros una oración al Dios Desconocido”, ha señalado.
“A imagen del templo de Salomón, la Plaza del Obradoiro debe ser el “Atrio de los Gentiles”, donde naturalmente tienen cabida los valores fundamentales del Evangelio, que no quitan nada a la actividad humana, sino que la sitúan en la dimensión que le corresponde, confiriéndole su significado auténtico”, ha añadido el prelado compostelano.
En su conferencia, el arzobispo ha presentado a San Juan Pablo II y al Papa emérito Benedicto XVI, como a dos pontífices que entendieron muy bien el significado de la peregrinación a Compostela, tanto en su dimensión religiosa, como en su aportación histórica a la construcción de la identidad europea, recordando, además, su paso por la Ciudad del Apóstol.
“Santiago de Compostela”, ha indicado, “como todos los demás lugares de peregrinación, no es, pues, fin en sí mismo, sino que actúa como umbral que da acceso a nuevas etapas de la vida a través del encuentro con el Señor de la mano del Apóstol Santiago. La peregrinación jacobea se emprende no para instalarse en una experiencia privilegiada, sino para dejarse cambiar de manera imprevisible y así retornar a la vida ordinaria con unas actitudes completamente nuevas, dispuestos a dar testimonio”.
Además, monseñor Barrio ha asegurado que “el rito y el misterio de la peregrinación jacobea aparecen constantes a lo largo de la historia, independientemente de los cambios y avances culturales que se producen. La tradición cultural de la peregrinación a Santiago de Compostela, en cuanto símbolo histórico y religioso, sigue siendo en el tercer milenio un instrumento adecuado y útil, susceptible de expresar el sentido profundo de la existencia humana y, por ende, de la vida de fe cristiana”.
El Camino de Santiago, Primer Itinerario Cultural Europeo y Patrimonio de la Humanidad, es una de las más antiguas y principales vías de peregrinación de la cristiandad. Desde el descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago, innumerables peregrinos se han puesto en camino hacia Compostela, para venerar sus reliquias, conformando así toda una cultura jacobea a lo largo de Europa. Santiago es una de las tres grandes ciudades de peregrinación del cristianismo, junto a Jerusalén y Roma.