Nuria Chinchilla
“Lo verdaderamente preferible es que Europa sea próspera y ayude a desarrollarse a África, y no que se hundan tanto Europa como África”
No hay desafío mayor para Europa en estos momentos que la situación creada por las olas migratorias (tanto por razón de trabajo como de asilo) que han ido llegando en los últimos años. Según asegura el profesor Luis Caramés Viéitez, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Santiago de Compostela, esta situación puede contribuir a la parálisis de Europa. Junto a esto convive la «bomba demográfica» que supone el envejecimiento radical de la población europea y occidental.
Alejandro Macarrón Larrumbe, director de la Fundación Renacimiento Demográfico (@ren_demografico) y autor de libros como «El suicidio demográfico de España», opina que «lo verdaderamente preferible es que Europa sea próspera y ayude a desarrollarse a África, y no que se hundan tanto Europa como África».
Recientemente se ha referido a los males morales de la actual política de inmigración europea:
─ Promueve la llegada y permanencia de más inmigrantes poco cualificados de los realmente necesarios, lo que implica un robo o carga sobre el contribuyente y la economía, puesto que aumentan los impuestos, y el déficit público para pagar las prestaciones sociales extras). Al mismo tiempo, disminuye el salario medio y la clase media-baja nacional (y los inmigrantes ya bien arraigados) se ve afectada por un mayor desempleo, por más competencia laboral, lo que contribuye a la destrucción o empobrecimiento de las clases medias, como ocurre en todo Occidente.
─ Priva a los países en desarrollo de algunos de sus mejores talentos, y en algunos casos, les quita también mano de obra menos cualificada pero necesaria para ellos mismos, como ocurre con los países de Europa oriental, a quienes se les van los trabajadores hacia Europa occidental; o en Puerto Rico con respecto a los EE UU.
─ Fomenta el desarraigo familiar de los inmigrantes.
─ Produce una mayor delincuencia en los países de acogida.
─ Alimenta la falsa expectativa de que «no pasa nada si nosotros los europeos no tenemos hijos. Ya los tendrán los inmigrantes por/para nosotros», lo que no deja de ser una postura inmoral (no queremos cumplir nuestro deber social de reproducción, y traemos gente más pobre que nosotros para que lo hagan por nosotros). Y, a la larga, es una postura socialmente suicida.
─ Gran parte de la inmigración que viene se comporta de manera inmoral desde el punto de vista de nuestros valores, por ejemplo al tratar a la mujer como persona de segunda.
Macarrón añade dos argumentos más sobre el desastre moral que supone el actual modelo migratorio europeo-occidental:
1) El fomento de las mafias que traen inmigrantes por mar y los ahogamientos consiguientes.
2) La aceptación social del incumplimiento de la ley, ya que buena parte de la ciudadanía considera normal que los inmigrantes llegados ilegalmente deben ser acogidos, lo que supone un ataque evidente al imperio de la ley y al Estado de Derecho.
Inmigración y tasa de reposición demográfica
Ya hemos hablado en otros posts (podéis leerlo aquí y aquí) sobre el suicidio demográfico. La generación de los «Baby-Boomers», la más numerosa en España y en general en Occidente, no debería sufrir la doble presión impositiva que se necesita para pagar las jubilaciones desde ya, además de retrasar la edad de su retiro, como explica la redactora jefe de ABC en este artículo , donde nos llama «abuelos-boomers».
Volviendo a Alejandro Macarrón:
Necesitamos un gran «rearme moral» pro-hijos y pro-familia, algo más fácil de desear y pedir que de lograr. Hay que exponer a toda la sociedad, empezando por los niños en el colegio, pero no solo a ellos, nuestra cruda realidad demográfica, y lo bueno que es para casi todos los seres humanos tener familia propia con críos. O recuperamos espíritu de sacrificio, y tenemos entre todos los suficientes hijos o, si no, evitar hoy meternos en el lío de tener «churumbeles», por comodidad, será la tristeza y la pobreza del mañana, por el desplome demográfico de la sociedad, en general, y el vacío afectivo y de cuidados familiares de quienes no tuvieron hijos, en particular. Pero, además, hay que contarles a esos escolares y jóvenes que esto es un esfuerzo que compensa. Que la alegría de vivir con hijos y lo que te devuelven a lo largo de tu vida, compensa (ojo, también hay que volver a educar a los hijos en el agradecimiento y la ayuda a sus padres cuando estos lo necesiten). Además, hay que cambiar muchas leyes y costumbres en la sociedad actual para favorecer e incentivar que se formen familias, que estas sean mayoritariamente estables, y que tengan varios hijos de media. Pero lo fundamental es el rearme moral. Con él, lo otro vendrá por añadidura. Sin él, le seguirá dando pereza a demasiada gente embarcarse en este «adorable lío» de tener varios niños. Si solo valoramos el dinero y la comodidad personal a corto plazo, tener hijos no compensa.
Con el envejecimiento social, ya hay empresas (como Viejenials, por ejemplo) dedicadas a este sector de la población, que crece alarmantemente (en 2060, 1 de cada 3 europeos será mayor de 65 años). El marketing ha lanzado hashtagscomo #edadismo, #envejecimiento alternativo…
Pero la gestión de la inmigración en nuestro Viejo Continente pasa por aumentar la natalidad, para lo que se necesitan políticas pro-hijos y pro-familia. Y no precisamente hijos únicos…
Algunos países van haciendo los deberes para recuperar población nativa, como Portugal, donde el gobierno lanzó el pasado julio un programa de incentivos para atraer a los nacionales expatriados, especialmente aquellos con avanzadas competencias técnicas y profesionales: el programa se llama Regressar (“Regresar”), con una colorista página web que se abre con la frase «Es hora de volver a casa. Tu país te ayudará a volver». Podéis leer más aquí.
Esta mañana nos decían en la radio que, aquí en Cataluña, hoy comienzan las clases en los colegios: El número de alumnos es aproximadamente el mismo que el curso pasado, porque el descenso de inscripciones en infantil y primaria se ve compensado con el aumento en secundaria. ¿Cuánto tardará en notarse el descenso también en esa segunda etapa? ¿O los cursos iniciales se verán completados con los hijos de los que ahora llegan en olas migratorias?
Como veis, los datos siguen llegando, también durante el verano. Con el comienzo del nuevo curso seguimos compartiendo todos estos datos con vosotros, esperando vuestras opiniones y comentarios. ¡Bienvenidos de nuevo!
Os dejo con este vídeo de la película Abuelos, donde unos jubilados con nietos montan una start up: