9/11/19

Rueda de prensa del Papa en el avión

ROSA DIE ALCOLEA


“Me llamó la atención -lo vi en tres países, pero me refiero a Madagascar, nos fuimos de allí-, la gente, en las calles, estaba la gente, se autoconvocó. En la misa del estadio, bajo la lluvia, estaba la gente que bailaba bajo la lluvia, estaban contentos…”, observó el Papa ayer, martes, 10 de septiembre de 2019, en el vuelo de regreso a Roma, tras visitar África por cuarta vez.
Francisco ha visitado Mozambique del 4 al 6 de septiembre, a Madagascar llegó el día 6 por la tarde, y estuvo allí hasta el día 10, excepto el día 9 que lo dedicó a Islas Mauricio.
“Me sentí humilde, muy pequeño frente a la grandeza de la soberanía popular”, confesó en la rueda de prensa ofrecida a los periodistas acreditados en el vuelo papal, según la transcripción de trabajo que ofrece Vatican News en español. “¿Cuál es la señal de que un grupo de personas es gente? La alegría. Había gente pobre, había gente que no había comido esa tarde para quedarse allí, estaban alegres”, valoró el Santo Padre.
“En cambio, –continuó– cuando la gente o los grupos rompen con ese sentido popular de la alegría, la pierden. Es uno de los primeros signos, la tristeza de los solos, la tristeza de los que han olvidado sus raíces culturales”.
Y subrayó: “Ser consciente de ser un pueblo es ser consciente de tener una identidad, de tener una conciencia, de tener una forma de entender la realidad y eso une a las personas. Pero la señal de que estás en el pueblo y no en una élite, es la alegría, la alegría común. (…) Y por eso los niños se despidieron así, porque sus padres los contagiaron de alegría”.
Unidad interreligiosa
Al Santo Padre, en su 31º viaje internacional fuera de Italia con destino en África, le ha “impresionado mucho” la capacidad del país “para la unidad interreligiosa, el diálogo interreligioso”, comentó en el vuelo de vuelta, que tomó en Antananarivo, capital de Madagascar. “La diferencia entre las religiones no se borra, pero se subraya que todos somos hermanos, que todos tenemos que hablar. Esto es una señal de la madurez de su país”, aclaró.
“Ustedes son hermanos, la hermandad humana que está en la base y respeta todas las creencias. El respeto religioso es importante, por eso les digo a los misioneros que no hagan proselitismo. El proselitismo es una falacia para el mundo de la política, del deporte – anima a mi equipo, a tu equipo… – pero no para la fe. Pero, ¿qué significa para usted, ¿Santo Padre, evangelizar?”.
Testimonio, el primer paso
“Hay una frase de San Francisco que me ha iluminado tanto. Francisco de Asís dijo a sus frailes: ‘Lleven el Evangelio, si es necesario también con palabras’. Es decir, evangelizar es lo que leemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles: el testimonio. Y ese testimonio provocó la pregunta: ‘Pero, ¿por qué vives así, por qué haces esto?’. Y allí les explico: ‘Es por el Evangelio’. La proclamación viene primero del testimonio. Primero vives como cristiano y si te piden que hables, ellos hablarán”.
El testimonio “es el primer paso” y “el protagonista de la evangelización no es el misionero, sino el Espíritu Santo que lleva a los cristianos y a los misioneros a dar testimonio”, matizó el Papa.
“Entonces vendrán las preguntas o no vendrán, pero el testimonio de vida cuenta. Este es el primer paso. Es importante evitar el proselitismo. Cuando ves propuestas religiosas que siguen el camino del proselitismo, no son cristianas. Buscan prosélitos, no adoradores de Dios en verdad. Aprovecho la oportunidad para subrayar esta experiencia interreligiosa suya que es tan hermosa”.
Flores del gran Imán
Lo primero que encontró el Papa cuando entró al episcopado –contó como anécdota– fue un hermoso ramo de flores. ¿Quién lo envió? El gran Imán.
“Al hablar ayer con el Primer Ministro, me sorprendió cómo ellos, ustedes, han desarrollado esta realidad y la viven como una necesidad de coexistencia”. Asimismo, el Papa narró cómo el Primer Ministro también le dijo que cuando uno pide ayuda a otro, dan la misma ayuda a todos, y nadie se ofende, porque se sienten como hermanos. “Esto hace la unidad del país. Es muy, muy importante”.
El Papa también observó que en las reuniones “no sólo había católicos, había cristianos de otras religiones, y había musulmanes, hindúes y todos eran hermanos”. Según contó, lo vio bastante en Madagascar y también en el Encuentro Interreligioso por la Paz de los Jóvenes, con jóvenes de diferentes religiones que han querido expresar cómo viven su deseo de paz.