Llucià Pou Sabaté
El último partido de Rafa Nadal, al ganar su último premio en Australia, ha sido un ejemplo de superación. En un determinado momento, en la retransmisión de la TV ponían que tenía un 4% de posibilidades de ganar el partido. Sin duda, perder los dos primeros sets fue algo difícil de remontar. Pero Nadal se dio cuenta de que, ante su contrincante, debía salir de su zona de confort, inventar cosas nuevas
Desde la era industrial, la educación ha sido un adoctrinamiento para ocupar las plazas de unos trabajos donde se tiene que hacer lo que se pide para alimentar esa vaca sagrada del Estado del Bienestar que ahora tenemos. Pero se nos recuerda que al menos la cuarta parte de las personas están descontentas con su trabajo.
Quería recordar lo que leí hace tiempo, de un elefante de circo. Era inmenso, de peso, tamaño y fuerza descomunal… pero sorprendía que, cuando no actuaba, estaba atado a una pequeña cadena que le aprisionaba a una pequeña estaca clavada en el suelo. Pero, ¿cómo una bestia que podía arrancar un árbol de raíz no se liberaba de su pequeña atadura? Y es que estaba amaestrado, desde pequeño estuvo atado a una estaca parecida. No pudo soltarse entonces, y un día dejó de tirar de la cadena para liberarse, aceptó su situación: cree que no puede liberarse.
¿Qué estacas tenemos, que nos restan la libertad de ser nosotros mismos? Las creencias limitantes nos impiden afrontar cosas que alguna vez se nos dijo que «no podemos hacer», que alguna vez no pudimos hacerlo, y ha quedado grabado en nuestro cerebro emotivo, la amígdala, y nos produce miedo intentarlo.
Timidez, disciplina… y una convicción a prueba de bombas
Y pienso que este deportista tímido, disciplinado, retirado de las pistas durante muchos meses por una y otra lesión, que ha estado varias veces a punto de retirarse, es ganador del reciente Open de Australia, siendo el único jugador en tener 21 Grand Slam. Pienso que Rafa ofrece valores para la juventud de hoy. Y esto se ve en que es admirado como un campeón no solo en España, basta ver como el público lo aplaudía (y eso que dicen que Australia es muy simpatizante de Rusia).
Es ejemplo de superación de las dificultades, y él dijo alguna vez que «muchas cosas son naturales y hay otras que se trabajan y que son entrenables, como la capacidad de sufrir o de afrontar problemas«.
También su fuerza interior es tremenda, como se dijo en la entrega del último premio: sabe perseguir un sueño. Y eso es otro valor: la esperanza unida a la buena ambición. Podemos aprender a dar lo mejor de nosotros mismos, por encima de las dificultades pero sin perder el sentido de que la deportividad es más importante que el triunfo. Por eso le han dado múltiples premios. Y él mismo dice que quería «ser recordado como una buena persona, más que como un buen tenista".