10/28/11

IMPLICADOS EN NUESTRO COMÚN VIAJE HUMANO


Despedida del papa en la plaza de san Francisco

Ilustres huéspedes, queridos amigos:
Al final de esta intensa jornada, deseo daros las gracias. Una gran gratitud para los que han hecho posible el encuentro de hoy. Agradezcamos particularmente a quien, una vez más, nos han acogido: la ciudad de Asís, la comunidad de esta diócesis con su obispo, los hijos de San Francisco, que guardan la preciosa herencia espiritual del Pobrecillo de Asís. Un gracias también para los numerosos jóvenes que han realizado a pie la peregrinación desde Santa María de los Ángeles para testificar como, entre las nuevas generaciones, haya tantos tantos que se comprometan a superar las violencias y divisiones, y ser promotores de justicia y de paz.

El evento de hoy es una imagen de cómo la dimensión espiritual es un elemento clave en la edificación de la paz. A través de esta peregrinación hemos podido comprometernos en el diálogo fraterno, profundizar en nuestra amistad y unirnos en silencio y oración.
Después de haber renovado nuestro compromiso por la paz e intercambiado otro signo de paz, nos sentimos implicados cada vez más profundamente, junto a todos los hombres y a todas las mujeres de las comunidades que representan, en nuestro común viaje humano.
No nos están separando. Continuaremos reuniéndonos, continuaremos estando unidos en este viaje, en el diálogo, en la edificación cotidiana de la paz, en nuestro compromiso por un mundo mejor, un mundo en el que todo hombre y toda mujer, todos puedan vivir según sus propias y legítimas aspiraciones.
De todo corazón agradezco a todos los que de vosotros estáis presentes hoy aquí, por haber aceptado mi invitación a venir a Asís como peregrinos de verdad y de paz y os saludo a todos vosotros con las palabras de san Francisco: que el Señor os conceda la paz - “El señor os dé la paz”.