El Papa en Molise:
"Queridas autoridades, profesores, estudiantes, personal de la universidad, queridos hermanos y hermanas del mundo del trabajo. Les agradezco por la acogida, especialmente por haber compartido conmigo la realidad que viven, los esfuerzos y las esperanzas.
El señor rector tomó la expresión que dije, que nuestro Dios es el Dios de las sorpresas. Es verdad, cada día no da una, así es Nuestro Padre. Y digo otra cosa sobre Dios, que la indico ahora: es el Dios que rompe los esquemas, y si nosotros no tenemos el coraje, de romper los esquemas nunca iremos hacia adelante, porque nuestro Dios nos empuja a esto, a ser creativos para el futuro.
Mi visita en Molise inicia a partir de este encuentro con el mundo del trabajo, aunque el lugar en que nos encontramos es la universidad. Y esto es significativo: expresa la importancia de la investigación y de la formación también para responder a las nuevas y complejas necesidades que la actual crisis económica pone en el plano local, nacional e internacional. Dio testimonio de ésto el joven agricultor con su decisión de hacer un curso universitario agrícola y de trabajar la tierra por 'vocación'.
El quedarse del campesino en la tierra no es quedarse quieto, sino hacer un diálogo fecundo, creativo, el diálogo del hombre con su tierra, que la hace florecer, que la hace volverse fecunda para todos nosotros. Esto es importante. Un buen recorrido formativo no ofrece soluciones fáciles, sino que ayuda a tener una mirada más creativa, para valorizar mejor los recursos del territorio.
Comparto plenamente lo que ha sido dicho sobre 'custodiar' la tierra, para que dé fruto sin ser explotada. Esta es una de los mayores desafíos de nuestra época convertirnos a un desarrollo que sepa respetar lo creado
Cuando veo en América y mismo en mi país, tantos bosques arrasados que se vuelven tierra que no se puede cultivar ni dar vida. Este es el pecado nuestro de explotar la tierra y no dejar que nos dé lo que tiene adentro con nuestro ayuda de la cultivación.
Otro desafío emergió de la voz de esta buena mamá obrera, que ha hablado también en nombre de su familia: el marido, el niño pequeño y el niño que lleva en su vientre. El suyo ha sido una llamada en favor del trabajo y al mismo tiempo por la familia. ¡Gracias por este testimonio! De hecho hay que tratar de encontrar conciliar los tiempos del trabajo con los tiempos de la familia.
Y les diré una cosa, cuando voy y confieso gente, ahora no tanto como lo hacía en la otra diócesis. Cuando viene un papá o una mamá joven le pregunto cuántos niños tiene, y el pregunto: ¿Tu juegas con tus niños? La mayoría dice: ¡Cómo padre! Sí, ¿tú juegas, pierdes el tiempo con tus niños? Sí estamos perdiendo esta sabiduría de jugar con nuestros niños. La situación económica los lleva a esto. ¡Por favor pierdan el tiempo con sus niños! El domingo, este domingo de familia al que la señora hizo referencia, este domingo de familia no es perder el tiempo.
Esto es un punto crítico, un punto que nos permite discernir, evaluar la calidad humana del sistema económico en el cual nos encontramos. Y en el interior de este ámbito se coloca también el tema del domingo laborable, que no afecta solamente a los creyentes, pero a todos como decisión ética. Y este es un espacio de la gratuidad que estamos perdiendo.
La pregunta es: ¿a qué cosa queremos dar la prioridad? El domingo libre del trabajo -exceptuados los servicios necesarios- afirma que la prioridad no es la economía, pero lo humano, lo gratuito, las relaciones no comerciales pero familiares, de amigos, para los creyentes es la relación con Dios y con la comunidad. Quizás haya llegado el momento de plantearnos si trabajar el domingo sea una verdadera libertad. Porque el Dios de las sorpresas rompe los esquemas, da sorpresas y rompe los esquemas para que nosotros nos volvamos más libres, es el Dios de la libertad.
Queridos amigos, hoy me gustaría unir mi voz a la de tantos trabajadores y empresarios de este territorio para peder que se pueda efectuar 'un pacto por el trabajo'. He visto que en Molise se está intentando responder al drama de la desocupación juntando las fuerzas de una manera constructiva.
Tantos puestos de trabajo podría ser recuperados a través de una estrategia concordada con las autoridades nacionales, un 'pacto para el trabajo' que sepa aprovechar las oportunidades ofrecidas por las normas nacionales y europeas. Les animo a ir hacia adelante por este camino, que puede traer buenos frutos aquí como en otras regiones.
No tener trabajo no significa sólo no tener lo necesario para vivir, no, porque nosotros podemos comer todos los días, porque vamos a la Cáritas, a aquella asociación, vamos al club, allá, y nos dan de comer. Ese no es el problema, porque el problema es no llevar el pan a casa, porque eso tome la dignidad. Y el problema más grave no es el hambre sino la dignidad. Sobre esto tenemos que trabajar y defender nuestra dignidad que la da el trabajo.
Para finalizar querría decirles que me ha impresionado en hecho que me hayan donado una cuadro que representa una 'maternidad'. Maternidad comporta dar a luz, pero ese sufrimiento está orientado a la vida, está lleno de esperanza. Entonces no solamente les agradezco por este don, pero más aún por el testimonio que contiene: la de un dar a luz lleno de esperanza. Gracias".