7/30/14

"Para evangelizar, acoger los desafí­os de los nuevos medios de comunicación"

Federico Cenci 


La Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium está "escrita a la luz de la alegría para redescubrir la fuente de la evangelización en el mundo contemporáneo". Con esta expresión, monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, resume el contenido del documento que el papa Francisco ofrece a la Iglesia. El impulso para "redescubrir esta fuente" será acogido con la iniciativa El proyecto pastoral de Evangelii Gaudium, organizada por el dicasterio dirigido por monseñor Fisichella y se celebrará del 18 al 20 de septiembre en el Aula Pablo VI en el Vaticano.  

Excelencia, ¿cómo ha nacido la idea de proponer un encuentro de este tipo?
--Mons. Fisichella: Ha nacido de la lectura de la Evangelii Gaudium,que el Papa ha dicho explícitamente que es el programa de su pontificado. Por tanto, el encuentro de septiembre tiene como objetivo traducir este texto en una auténtica acción pastoral, que permita a las distintas Iglesias repartidas por el mundo, expresar una doble realidad: una evangelización genuina y la riqueza de las tradiciones propias eclesiales y culturales a través de metodologías y experiencias propias de cada comunidad.

¿Cuáles son los estímulos principales y originales contenidos en la Evangelii Gaudium para quien se ocupa de Nueva Evangelización?
-- Mons. Fisichella: Como es su estilo, el Papa nos ha dado con esta Exhortación Apostólica una enorme riqueza de sugerencias para que nazcan iniciativas. Nosotros hemos recogido los elementos que están más relacionados con la Nueva Evangelización: en particular, pienso en la expresión de una "pastoral urbana", en los temas de la piedad popular, en las cuestiones relacionadas con la familia. Pero no podemos olvidar la referencia constante del Papa al anuncio kerigmático, es decir, a restablecer la primacía del anuncio de Jesucristo. Anuncio que se hace con el conocimiento de lo que es el nuevo lenguaje de los medios de comunicación social, a través de las obras pastorales vivas, dinámicas y capaces de dar testimonio del amor y la misericordia. El denominador común de estos elementos es la atención especial a los pobres. Por esto vamos a comenzar nuestra reunión con el testimonio de Jean Vanier, uno de los más grandes profetas de la presencia entre los "últimos" para transmitirles alegría y esperanza.

¿Quiénes son en particular los destinatarios de esta iniciativa?
--Mons. Fisichella: Todos los trabajadores pastorales. En este encuentro, al que se han sumado ya más de mil personas, hemos invitado a obispos, responsables de las oficinas de las comisiones pastorales, sacerdotes, diáconos, catequistas ... Todos aquellos que están involucrados en el proceso de evangelización.

Antes ha hecho referencia al "nuevo lenguaje de los medios de comunicación". En la época digital, ¿es muy importante saber aprovechar también estos instrumentos?
-- Mons. Fisichella: Estoy convencido que no podemos pensar ya en estas formas solo como instrumentos. Hoy estamos delante de un desafío cultural, por tanto, debemos abandonar una mentalidad incapaz de leer el progreso inherente en la comunicación actual. Así como en el pasado el cristianismo se ha encontrado con la cultura griega, con la cultura de África, Asia, sabiendo acoger los rasgos positivos y superar las limitaciones para la riqueza del Evangelio, ahora debemos aceptar el mismo reto frente a la comunicación. Esto está relacionado con un nuevo lenguaje, pero también nuevos comportamientos. Y esto lo vemos realizado en las nuevas generaciones: es suficiente con observar a los niños que acuden a la catequesis de Primera Comunión para comprender cómo ha cambiado su comportamiento. Me temo que nos estamos quedando atrás en esta perspectiva, es por eso que necesitamos una encuentro genuino para penetrar en esta nueva cultura, para acoger lo positivo y mostrar los límites.

¿Qué límites y peligros hay en esta nueva cultura?
-- Mons. Fisichella: Sobre todo pienso en un tema que para nosotros no es secundario: la relación entre la comunicación a través de Internet y sus usuarios. A menudo, en medio de muchas noticias no verificadas y de todo tipo, se hace difícil comprender la verdad. Por lo que es necesario también un enfoque profundo en estos temas.

Más en general, ¿cuáles son los mayores obstáculos que la sociedad contemporánea plantea frente al camino de la Nueva Evangelización?
--Mons. Fisichella: El obstáculo más grande, siempre relacionado con el tema de la comunicación, es la ausencia de un encuentro personal. La fe se ha transmitido siempre porque dos personas se han encontrado y mirado a los ojos: hoy es cada vez más difícil, ya que hay una tendencia a retirarse a la esfera privada. Es, por tanto, lo contrario de la evangelización, que pide salir de nosotros mismos y compartir con otros la experiencia del encuentro gozoso con Jesús. Así que otra limitación importante es este "circuito" cada vez más privado que empobrece.

Durante la iniciativa habrá también un encuentro con el Papa…
-- Mons. Fisichella: El Papa vendrá a "provocarnos" una vez más para convertirnos en trabajadores gozosos de evangelización y de pastoral. Así que esperamos con gran curiosidad, pero también con esperanza, este encuentro y la escucha de sus palabras que, como siempre, saldrán del corazón y emocionarán al auditorio dando entusiasmo para emprender un camino, el de la evangelización, que es muy exigente y requiere un gran apoyo.

Ha dicho que este es solo el primero de una serie de encuentros en programa. ¿Puede darnos un adelanto?
--Mons. Fisichella: En el año 2015 el dicasterio de la Nueva Evangelización está ya cargado de iniciativas. Con las Conferencias episcopales se han organizado encuentros sobre el tema de la catequesis. Estamos también organizando un encuentro con todos los responsables de los Santuarios para dar al tema de la piedad popular un rostro concreto de nueva evangelización. Tenemos además en programa diferentes iniciativas con los responsables de la comunicación y de la pastoral. En este sentido, queremos extender la "Misión Metrópoli" que hemos hecho en el 2011 para transformarla en una iniciativa más general para las distintas Iglesias. Propondremos para el próximo 13 y 14 de marzo, la experiencia "24 horas para el Señor", que será una celebración con el Papa, pero también una apertura nocturna de las iglesias para que el sacramento de la reconciliación sea vivido como un espacio de misericordia.