¿Existe una vida después de esta? ¿Existe Dios? ¿Hay un sentido de la vida? ¿Qué es lo bueno y lo malo? ¿Por qué hay injusticia? ¿Podemos conocer la verdad, o todo es relativo e incierto? ¿Nos engaña la razón, los sentidos, las emociones? ¿Podemos ser felices? Estas son algunas de las preguntas que, si bien no a diario, nos vamos formulando en distintas etapas de nuestro paso por este mundo. Y, a fin de cuentas, son cuestiones que constituyen el fundamento de la tarea de todo filósofo. Con métodos, actitudes e influencias diversos, en contextos muy variados, el filósofo se caracteriza por ahondar en esas cuestiones y, si cabe, logra formular un conjunto más o menos completo, algo coherente y sistemático, para explicar qué es el mundo y el hombre.
Bajo la premisa de que en esto consiste la filosofía, el catedrático Ricardo Piñero presenta la semblanza de doce pensadores: desde Tales de Mileto hasta Hanna Arendt. El estilo con que elabora este ligero libro ─ligero en páginas y en tono, afable, ameno, diáfano─ es más de conferencia divulgativa para todos los públicos, y no de clase magistral para especialistas. Se obvia la erudición, porque el autor opta por la cercanía de las propias preguntas que convierten a cualquier persona en un filósofo in fieri. Se trata, como hacían los clásicos, de pasear con el filósofo ─pasear por el bosque, en este caso, apreciando a cada cual en lo que tiene de específico─, escucharlo y aprender algo de ellos.
Por tanto, junto con la biografía de cada cual, Piñero nos expone una parte del pensamiento, no todo. Y, a grandes rasgos, elude la crítica a las tesis de cada uno; sí indica, por ejemplo, puntos flojos en Descartes, pero no tanto en Hume, cuyo desarrollo ético no se comenta. Hay diálogo y no diatriba. Podría decirse que procura inspirarse o reflexionar atendiendo a lo que nos pueda decir Aristóteles, Hume, Kant e incluso Nietzsche o Heidegger. Para completar cada capítulo, Piñero añade un extracto de la obra del filósofo correspondiente. En el capítulo inicial ─dedicado a Tales de Mileto─ no se cumple con esta costumbre, por motivos que resultan obvios; y en el dedicado a Sócrates se suple con un texto de Jenofonte acerca del maestro.
El bosque de los filósofos no pretende ser una historia o compendio de la filosofía ─como sería el caso de Lecciones preliminares de filosofía, de Morente─, pero sí acaba siendo una aproximación, una lectura apta para cualquiera que desee conocer lo mínimo sin adaptaciones banales. Piñero condensa lo que estima más conveniente en cada caso, y escoge los autores que entiende más adecuados. Aparte, su larga experiencia docente, sus conferencias, sus publicaciones, le ayudan a localizar un equilibrio que hace del libro una referencia enriquecedora. El catedrático, sin alarde alguno, abre una senda didáctica muy asentada: de hecho, es otro eslabón más en una larga cadena de profesores que han pasado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra. Desde Leonardo Polo o Jacinto Choza hasta Rafael Alvira o Higinio Marín.
Fuente: eldebate.com