1/15/14

Comentario a la Liturgia dominical - Segundo domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A

 P. Antonio Rivero, L.C.

 (Textos: Isaías 49, 3.5-6; 1 Co 1, 1-3; Juan 1, 29-34.)

Idea principal: Ese Dios que vino al mundo es Siervo.
Resumen del mensaje: Ese Hijo de Dios, Jesús, después de su vida oculta en Belén y Nazaret, sale feliz a su vida pública a los treinta años con su carnet de identidad: es Siervo. Su huella dactilar está bien clara y legible: “Vine para servir, no para ser servido”.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, Jesús es siervo para servir primero a su Padre celestial, glorificándole y cumpliendo incansablemente la misión de ser luz y poder reunir a su pueblo y traer de vuelta a Dios a los supervivientes (primera lectura). Este siervo experimentará cansancio, es verdad, pero nunca será en vano. Y aunque los resultados de su servicio no corresponden a las expectativas y esfuerzos, él se encuentra en paz, porque trabajó para dar gloria a su Padre y la recompensa le vendrá de Él.
En segundo lugar, Jesús es siervo para servir también a la humanidad, a cada hombre y mujer. Para cumplir su misión de siervo se reviste de entrañas de Cordero que se dejará inmolar y sacrificar para quitarnos el pecado (evangelio) y darnos el Espíritu de santidad. Este título de Cordero incluye los siguientes rasgos: Cordero vencedor, Cordero expiatorio, Cordero pascual liberador. A Jesús en la cruz, igual que al cordero pascual, no le quebrarán ningún hueso. ¿Cómo quita Jesús el pecado de la humanidad? Asumiendo la condición humana de siervo y ofreciéndose desde la cruz, en ofrenda voluntad y servicio de amor. Desde la cruz nos da el Espíritu Santo que purifica y perdona todos nuestros pecados.
Finalmente, todo seguidor de Cristo tiene que vivir esta dimensión de siervo en todas partes y con todos: con Dios, en la familia, en el trabajo, en las comunidades. Servir a Dios con una vida santa (segunda lectura). Servir a la familia con una vida de entrega, sacrificio y ejemplo para los hijos. Servir en el trabajo con una vida honesta. Servir en las comunidades mediante la disponibilidad desinteresada en los diversos apostolados que surjan.
Para reflexionar: ¿Tengo manos, corazón y pies de servidor o de mandador? ¿Domino o sirvo? ¿Sirvo con amor o a regañadientes?