1/06/14

¡María, Madre de Dios, enséñame!

Eva Carreras del Rincón 


Catequesis para la familia, semana del 5 de enero de 2014


No podemos ser voluntarios y autodidactas cuando transmitimos la fe en nuestras familias. Necesitamos la ayuda de un “profesional”. Necesitamos que la Virgen nos enseñe y nos marque el camino.
¿Cómo transmitimos nuestra Fe?
No se trata de hacer muchas cosas y que salgan perfectas y bonitas, ni de lo que decimos a nuestros hijos…
Transmitimos mucho más con lo que no decimos y con el modo como actuamos. Por eso necesitamos la ayuda de la Madre de Dios y del Amor y la misericordia de su Hijo.
Hay etapas de la vida que son muy intensas (generalmente todas lo son),problemas familiares, problemas en el trabajo o el no tenerlo, problemas económicos, los deberes de los hijos y sus preocupaciones, los encargos, la limpieza y organización de la casa… si pudiera poner un emoticono pondría el que se aprieta la cara con las manos, la boca y los ojos abiertos por la angustia.
En medio de todo esto queremos enseñar a nuestros niños a rezar y a querer a Jesús.
He comenzado a leer la exhortación apostólica del Papa Francisco “Evangelii Gaudium” y estoy encontrando muchas respuestas.
Respuestas para mi vida, soluciones para el día a día con mi familia que me gustaría compartir con vosotros...
El Papa Francisco nos enseñó esta oración el día de la fiesta de la Sagrada Familia :

Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.