3/05/14

El Padre Lombardi cuenta el primer año del Papa Francisco

 Włodzimierz Rędzioch


Hace un año de la renuncia de Benedicto XVI. Una atmósfera cargada se había creado en torno a la Iglesia católica y a la Curia Romana después de los escándalos de pedofilia y la traición del mayordomo del Santo Padre. Los preparativos al Cónclave y la elección sorprendente del primer Papa no europeo hicieron que Roma fuera invadida por una multitud de periodistas que no se veía desde la muerte de Juan Pablo II. Durante muchas semanas, el padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa vaticana, tuvo que responder a las preguntas de unos seis mil periodistas. En un atmósfera tensa e incierta, el director de la Oficina de Prensa vaticana desarrolló la difícil tarea de explicar a los periodistas procedentes de todo el planeta, qué estaba sucediendo. Se trata del evento que han marcado la historia de la Iglesia católica y del mundo. Para conocer lo que ha sucedido en este último año Włodzimierz Rędzioch ha entrevistado al padre Lombardi.
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Hace un año la situación parecía catastrófica. Los escándalos, verdaderos o presuntos, eran ampliados por los medios con una agresividad sin precedentes. Calumnias, sospechas, insinuaciones... ¿Cómo afrontó la situación como director de la Sala de Prensa vaticana?
--Padre Lombardi: Los medios no siempre son capaces de valorar objetivamente ciertas situaciones. A veces se creó una atmósfera emotiva en la cual se subrayaba solo los aspectos negativos en vez de los positivos. En torno a la Iglesia se había creado un clima de negatividad. Una parte del pontificado de Benedicto XVI estuvo marcada por acontecimientos duros. Las acusaciones de abusos sexuales por parte del clero ha arrojado más de una sombra sobre la Iglesia. Un acontecimiento triste y más aún porque el pontificado de Benedicto XVI tuvo gran rigor y valentía al afrontar estas situaciones creando premisas para una purificación. Después estaban las cuestiones internas que han favorecido a la fuga de noticias. Y esto agravó de forma desproporcionada la imagen negativa del Vaticano. No quiero negar los errores y las cosas equivocadas, pero generalizando se arrojó una sombra de sospecha sobre las instituciones y sobre las personas que han servido con absoluta fidelidad al Papa y a la Iglesia. Aún más, el mismo hecho dramático de la traición ha creado un fuerte malestar.

El escándalo en el uso de documentos reservados ha implicado a una persona que estaba cerca de Benedicto XVI. ¿Con qué sentimientos usted tomó la noticia que Paolo Gabriele traicionaba al Papa?
--Padre Lombardi: Paolo Gabriele dijo durante el proceso que quería contribuir a la purificación de las tensiones que había en la Curia. Pensó que copiando y pasando documentos reservados habría dado un impulso positivo. Después, se dio cuenta que era algo erróneo. Ha traicionado de forma grave la confianza del Papa. Yo no expreso ningún juicio personal acerca del comportamiento de Paolo Gabriele. Sus acciones se insertan en el contexto de las discusiones a cerca de la gestión del Governatorato con la rotación de monseñor Carlo Maria Viganò. Otra cuestión en discusión competía al Instituto para las Obras de Religión (IOR) y las actividades económico-financieras en el Vaticano. Se trata de problemas que implican un conocimiento de los aspectos técnicos, es justo que haya discusiones, lamentablemente los medios informaron de forma decididamente negativa.

En aquel periodo los medios criticaron severamente al Vaticano afirmando que había cometido muchos errores de comunicación. ¿Qué opina sobre estas críticas?
--Padre Lombardi: ¡El hecho que Paolo Gabriele haya pasado cientos de documentos a un periodista no tiene nada que ver con la capacidad de comunicar del Vaticano!
Hay problemas y acciones de este tipo que ninguna comunión puede hacer menos graves. Obviamente, siempre se puede mejorar, por este motivo en la Secretaría de Estado apareció la figura de un consejero de comunicación en la persona de Greg Burke. Es muy importante que haya una unión entre el gobierno, las decisiones, la preparación de los documentos y la comunicación. Así, mientras son preparados los documentos se piensa ya en cómo deben ser presentados y comunicados. De esta forma la Sala de Prensa no debe comunicar las decisiones y los documentos que llueven del cielo, como ha sucedido, por ejemplo, con la decisión de levantar la excomunión a los Lefebrianos. Teniendo a Greg en la Secretaría de Estado estoy más tranquilo y aún más, tengo una persona que conoce bien los medios americanos.

El 11 de febrero de 2013 Benedicto había convocado un Consistorio. Ninguno imaginaba qué iba a suceder. ¿Cómo vivió la noticia de la renuncia al pontificado de Benedicto XVI?
--Padre Lombardi: Lo repito a menudo --despertando en estupor de mis interlocutores-- que para mí no ha sido una cosa tan chocante o sorprendente. No porque me lo hubieran dicho algún tiempo antes del 11 de febrero, sino porque quien seguía de cerca a Benedicto XVI, se daba cuenta que estaba valorando la consistencia de las propias fuerzas que estaban decayendo. Era posible que pudiera llegar a esa decisión. Lo había hablado explícitamente en el libro-entrevista con Peter Seewald ya algún año antes. En el libro "Luz del mundo" Benedicto XVI dice claramente que en ciertas situaciones el papa puede, es más, debe renunciar. He vivido ese momento con una cierta lucidez, intentado explicar bien los motivos de la renuncia que, en mi opinión, se encuentran todos en el folio que Benedicto XVI ha leído durante el Consistorio.

De las 12.30 del 11 de febrero, usted tuvo que afrontar el fuego de preguntas de cientos de periodistas venidos de todo el mundo. Además, se trataba de una situación sin precedentes, nueva, 'inédita'. ¿Cómo consiguió gestionar esa situación?
--Padre Lombardi: Era necesario explicar los motivos de la renuncia pero también qué sucedería en los últimos días de pontificado del papa Benedicto XVI. Después, era necesario explicar qué era la "sede vacante". A continuación estaban las congregaciones antes del cónclave y el cónclave mismo. He intentado gestionar estas etapas con un cierto orden para hacer entender mejor los eventos.

¿Quiénes eran sus interlocutores en la Curia?
--Padre Lombardi: El trabajo más grande en ese periodo era el de buscar continuamente las fuentes para responder a las preguntas que los periodistas me hacían. Hasta el 28 de febrero estaba el secretario de estado, después el cardenal Tarcisio Bertone asumió también el rol de camarlengo. Otros interlocutores fueron el decano del Colegio Cardenalicio, el sustituto de la Secretaria de Estado, el secretario de la Gobernación, la gendarmería, la prefectura de la Casa Pontificia, los textos jurídicos, los históricos, sobre todo para la historia de los Cónclaves. A menudo tenía que decir a los periodistas: "Yo no sé responder ahora. Te daré una respuesta mañana" y para responder debía buscar a las personas adecuadas para las aclaraciones. Me han ayudado mucho también el padre Thomas Rosica csb, para los periodistas de lengua inglesa y monseñor José María Gil Tamayo, para la lengua española.


¿Cómo valora el trabajo de los medios que antes del cónclave han puesto en el ojo de mira a varios cardenales que sostenían como papables?
--Padre Lombardi: En la Sala de Prensa vaticana me sucede que me encuentro con muchos periodistas con actitudes diferentes. Hay personas extremadamente serias, objetivas que buscan la verdad. Después hay personas así así, llenas de prejuicios y quizá con una actitud crítica y negativa en lo relacionado con la Iglesia: algunos de estos usan las informaciones para desacreditar a la Iglesia. No me asusto delante de esas actitudes, voy por mi camino y busco ser objetivo. Doy a todos mi contribución para entender y ayudar a hacer bien el trabajo. Después de eso cada uno tiene la responsabilidad de lo que escribe.

¿Qué efecto le hizo saber que había sido elegido Papa el único jesuita en el Cónclave? ¿Lo conocía? 
--Padre Lombardi: No lo conocía. La única vez en la que he tenido la ocasión de encontrarlo era la congregación general de los jesuitas que eligió general a Hans-Peter Kolvenbach, en la que él era representante de Argentina y yo era representante de Italia. Pero no hablamos ni siquiera en aquella ocasión. Después el padre Bergoglio se convirtió en obispo y no ha participado activamente en la vida de la Compañía de Jesús.

¿Qué hay en el modo de comportarse de papa Francisco que sea característico de la formación y tradición de la Compañía de Jesús?
--Padre Lombardi: De jesuita encuentro en el papa Francisco toda la dimensión de carácter espiritual y un modo de afrontar las cosas, de la Compañía. Por ejemplo en las homilías de Santa Marta donde hace referencia al Evangelio, está unido a la aplicación directa en la vida. Encuentro esta actitud muy similar a los ejercicios espirituales de San Ignacio. Así como la espiritualidad que contempla al Señor y buscar traducir en la vida lo que el Evangelio te dice. El discernimiento característico de los jesuitas quiere decir que cada uno está continuamente en camino para intentar encontrar la voluntad de Dios y de ponerla en práctica. Otro aspecto característico es la sencillez de vida. El Papa conduce una vida austera, lejos de exterioridades y de triunfalismos: yo, como jesuita, encuentro esto muy familiar.

La elección de Francisco ha cambiado radicalmente la actitud de los medios hacia el papado. ¿Cuál es el secreto de su eficacia y capacidad de comunicar con la gente que conquista también a los medios? 
--Padre Lombardi: Ha habido un cambio de lenguaje que no afecta solo a las palabras sino también a los gestos y los comportamientos. El papa Francisco consigue tocar el corazón de las personas y, de alguna manera, supera las distancias y las barreras. El corazón de este nuevo lenguaje es el anuncio del amor de Dios para todos, el tema de la misericordia y del perdón para todos. Mientras antes en los medios estaba difundido el prejuicio según el cual la Iglesia decía siempre "no", y no era cercana a la gente. El papa Francisco ha conseguido hacer entender esta lectura diversa del mensaje de Dios y de la relación de la Iglesia con la gente. 

¿Qué tipo de “problema” LE crea al director de la Sala de Prensa un Papa que habla mucho improvisadamente, que concede entrevistas a quien quiere, que se comunica por teléfono con tantas personas de forma privada?
--Padre Lombardi: Crea problemas análogos a los de la gendarmería cuando el Papa quiere estar en contacto con la gente y rechaza un coche blindado. Nosotros estamos al servicio del Papa, aprendemos su estilo, su modo de ser y de comunicar. Yo debo entender de qué forma puedo colaborar a su comunicación. Cuando el Papa habla, concede entrevistas, comunica directamente, yo no tengo nada que decir o añadir; intervengo cuando nace algún problema que tiene que ser aclarado.

Estamos a un año de pontificado y Francisco es ya el Hombre del Año por la revista "Time". ¿Cómo se puede comentar esta elección?
--Padre Lombardi: El Papa no es alguien que busca el éxito o la popularidad. Una vez a la gente que lo aclamaba les dijo: "No '¡Viva el Papa!', sino '¡Viva Jesús'!" Al mismo tiempo el Papa puede aceptar ser Hombre del Año de "Time". Si la elección de la revista quiere decir dar a conocer el objetivo de la misión de la Iglesia y su mensaje que Francisco transmite, bienvenido sea; de lo contrario, al Papa seguramente estas cosas no le importan nada.

¿Hay consejos que le gustaría dar a los periodistas para mejorar el trabajo de comunicación, sobre todo en lo relacionado con el Papa, la Curia y la Iglesia en general?
--Padre Lombardi: Lo que a menudo le falta a los periodistas es entender la intención de la misión de la Iglesia y del Papa. Muchas veces la lectura de los acontecimientos es hecha con claves de interpretaciones extrañas a la realidad de la Iglesia, por ejemplo en clave política o económica. Por lo tanto, ven en la Iglesia una lucha por el poder o los intereses económicos de las partes. Esta era la situación dramática en los tiempos de Vatileaks. Para tener una lectura justa, también para los no creyentes, es necesario intentar comprender los motivos y las intenciones que hay detrás de las acciones y de las medidas de la Iglesia. Por ejemplo, en la lucha que la Iglesia conduce contra los abusos sexuales, muchos ven solo una forma de defenderse de los ataques. Sin embargo, se trata de un proceso de búsqueda de coherencia evangélica, de renovación interior, de purificación.

En este contexto, muchos periodistas miran a la reforma de la Curia sólo como a una renovación de tipo político. ¿Qué se puede decir a propósito?
--Padre Lombardi: El Papa ha conseguido hacer entender que la Iglesia existe para decirle a la gente que es amada. Por eso la reforma de la Curia es secundaria: sirve a la Iglesia para anunciar mejor el mensaje evangélico, no solamente en el Vaticano, sino en las diócesis y en las periferias. Las estructuras centrales no existen para dominar, sino para servir y ayudar: la reforma tiene en vista esto.