6/06/15

"Es posible vivir juntos en la diferencia"

Rocío Lancho García



El diálogo interreligioso, es una condición indispensable para la paz, y por eso es un deber para todos los creyentes. Lo ha dicho el papa Francisco en el Centro internacional estudiantil franciscano, este sábado 6 de junio por la tarde, en un encuentro ecuménico e interreligioso. Han participado unas 300 personas en representación de las comunidades musulmana, ortodoxa, católica y judía. Después de escuchar la intervención del representante de cada comunidad, el Santo Padre ha pronunciado su discurso.
Este encuentro es “signo de un deseo común de fraternidad y de paz y da fe de una amistad que se ha ido construyendo a lo largo del tiempo y que ya se vive en la convivencia y la colaboración cotidiana”, ha asegurado el Papa. Estar aquí es ya un ‘mensaje' de ese diálogo que todos buscamos y por el que estamos trabajando.
Haciendo referencia al Consejo local para el Diálogo Interreligioso, que reúne a musulmanes, cristianos y judíos, el Papa ha reconocido que su trabajo “es de gran valor para esta región”. No es casualidad --ha observado-- que este Consejo surgieran al final de la guerra, como una respuesta a la exigencia de reconciliación y para hacer frente a la necesidad de reconstruir una sociedad desgarrada por el conflicto armado. 
En el diálogo interreligioso “se aprende a vivir juntos, a conocerse y aceptarse con las propias diferencias, libremente, por lo que cada uno es”. En el diálogo --ha añadido-- se reconoce y se desarrolla una convergencia espiritual, que unifica y ayuda a promover los valores morales, la justicia, la libertad y la paz.
Por este motivo, “el diálogo interreligioso no puede limitarse solo a unos pocos”, sino que “debería extenderse lo más posible a todos los creyentes, involucrando a las distintas esferas de la sociedad civil”. Y una atención particular merecen en este sentido los jóvenes, llamados a construir el futuro del país, ha asegurado el Santo Padre.
Sin embargo, ha advertido que para que el diálogo sea auténtico y eficaz, presupone una identidad formada: “sin una identidad formada, el diálogo es inútil o perjudicial”.
Por otro lado, Francisco ha subrayado que “todos somos conscientes que todavía hay mucho camino por recorrer” pero ha pedido no dejarse “desanimar por las dificultades” y continuar con perseverancia “por el camino del perdón y de la reconciliación”. El Papa ha exhortado a “evitar los reproches y recriminaciones” y  dejarse “purificar por Dios, que nos da el presente y el futuro, Él es nuestro futuro: Él es la fuente última de la paz”.
Esta ciudad “puede llegar a ser nuevamente signo de unidad, lugar en el que la diversidad no represente una amenaza, sino una riqueza y una oportunidad para crecer juntos”, ha subrayado el Pontífice.  Esta tierra puede convertirse en un mensaje: “Dar testimonio de que es posible vivir uno junto a otro, en la diferencia pero en la humanidad común, construyendo juntos un futuro de paz y de hermandad”.