Carta del obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, con motivo de la Jornada mundial de oración por las Vocaciones:
“Te mira con pasión” es el lema para este domingo 4º de Pascua, en el que tenemos presentes la Vocaciones nativas al sacerdocio y a la vida consagrada, dentro de la Jornada mundial de oración por las Vocaciones.
Nos encontramos en el 4º domingo de Pascua, domingo del buen Pastor. Aparece Cristo como el buen pastor de nuestras almas, que nos pastorea por medio de personas concretas que Él ha puesto a nuestro servicio. Principalmente, por medio de obispos, presbíteros y diáconos, a los que ha confiado guardar su rebaño, sirviéndole en el nombre de Cristo Cabeza y buen Pastor de su pueblo. Necesitamos, por tanto, nuevos sacerdotes que prolonguen a Cristo, que nos celebren la Eucaristía y nos perdonen en nombre de Dios, que cuiden de su pueblo, sobre todo en el plano espiritual. Y junto a ellos, necesitamos otras muchas personas consagradas, hombres y mujeres, que hagan presente esa ternura de Cristo cuando sale en busca de la oveja perdida y la carga sobre sus hombros.
Miremos a Cristo buen pastor. Es una imagen llena de ternura, pues representa un Jesús que conoce a cada una de sus ovejas por su nombre, que busca a cada una de sus ovejas, dispuesto a dar la vida por cada una de ellas, como lo ha hecho en su pasión y muerte. Un Jesús que recorre los caminos de perdición que los hombres han emprendido, para buscarlos hasta que los encuentra y llevarlos a la casa del Padre, a la Iglesia. Un Jesús lleno de misericordia que no da patadas a la oveja encontrada, sino que la carga con amor sobre sus hombros y la acaricia con ternura, lleno de alegría. Ese Jesús es el que nos ama a cada uno, el que nos conoce por nuestro nombre, el que sabe cuáles son las heridas de nuestro corazón y tiene la medicina para curarlas. Es un Jesús lleno de misericordia, la principal medicina que necesita nuestro mundo contemporáneo.
Este Jesús ha fascinado el corazón de muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia, los ha mirado con amor. Y ellos, al sentirse queridos de esta manera, lo han dejado todo para seguirle de cerca, para vivir con Él, consagrando su vida, su cuerpo y alma, su presente y su futuro, puestos al servicio de los demás. Son vidas gastadas gratuitamente en la entrega a los demás, porque están sostenidas por un amor que las precede, el amor de Cristo, que los mira con pasión. 112.000 seminaristas en todo el mundo, de los cuales 75.000 pertenecen a los países de misión y constituyen una esperanza para el futuro de la Iglesia y de la evangelización. Y junto a ellos, otros tantos novicios y novicias, que han captado la llamada del Señor para seguirle en los distintos carismas que enriquecen la Iglesia.
Domingo 4º de Pascua, domingo del buen Pastor. Jornada mundial de oración por las vocaciones y particularmente por las vocaciones nativas en los países de misión.
Más, en los países emergentes, donde la Iglesia experimenta un desarrollo espectacular. Menos, en los países de vieja cristiandad, que necesitan una profunda renovación. Pedimos en esta Jornada por todos para que la llamada de Cristo, que ha llegado a sus corazones no se apague ante las dificultades. Vale la pena seguirle, darle todo, y así estar disponible para el Evangelio donde haga falta.
“Estas vocaciones nacen en la Iglesia, crecen en la Iglesia y están sostenidas por la Iglesia”, nos recuerda el Papa Francisco en el mensaje de este año. La colecta de este día va destinada a las vocaciones en países de misión, a través de las Obras Misionales Pontificias (Vocaciones Nativas) para las vocaciones nativas. Seamos generosos, porque dada la globalización del mundo en que vivimos, muchos de ellos acuden en nuestra ayuda, temporal o definitivamente. Europa ha evangelizado durante siglos, enviando misioneros y misioneras a todas las latitudes. Hoy Europa necesita ser evangelizada de nuevo y recibe misioneros procedentes de todos los lugares del mundo. La Iglesia está en crecimiento y el amor de Cristo no se extingue. Qué bonito ver jóvenes, chicos y chicas, en todas las latitudes del mundo, que se sienten amados por Jesucristo, y están dispuestos a dejarlo todo para seguirle a Él y servir a los hermanos.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández.