ROSA DIE ALCOLEA
El Papa propone “hacer resonar una vez más el llamado a la santidad”
‘Gaudete et Exultate: Sobre el llamado a la santidad en nuestro mundo moderno’ ha sido publicada hoy, lunes, 9 de abril de 2018, convirtiéndose en la tercera exhortación apostólica del Papa Francisco después de Evangelii Gaudium y Amoris Laetitia.
El Santo Padre ha escrito esta exhortación para “hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades”, indica en el documento.
El texto de cinco capítulos y 98 páginas se puede considerar como un manual práctico sobre cómo ayudar a alcanzar la santidad en las circunstancias de nuestra vida ordinaria.
La carta contiene 5 capítulos: 1) El llamado a la santidad 2) Dos enemigos sutiles de santidad 3) A la luz del maestro 4) Señales de santidad en el mundo de hoy 5) Combate espiritual, vigilancia y discernimiento.
Sé santo
Francisco comienza la exhortación con una invitación para todos a vivir la santidad: “¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales”.
Asi, el Pontífice propone el camino en la Iglesia, “santa y compuesta de pecadores”, para “crecer hacia la santidad”.
En el segundo capítulo de ‘Gaudete et Exultate’, Francisco expone dos enemigos de la santidad: el gnosticimo y pelagianismo.
Bienaventuranzas y Misericordia
«¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?», la respuesta es sencilla: es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las Bienaventuranzas –así comienza el tercer capítulo del documento: “A la luz del maestro”.
En esta parte de la carta, el Papa anuncia: “Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia”.
Asimismo, advierte de que el “consumismo hedonista” puede jugarnos una mala pasada. También el “consumo de información superficial” y las “formas de comunicación rápida y virtual” pueden ser un factor de atontamiento que “se lleva todo nuestro tiempo y nos aleja de la carne sufriente de los hermanos”.
Discernimiento
“¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo?”: Francisco plantea esta pregunta en el quinto y último capítulo.
“La única forma es el discernimiento –propone el Santo Padre– que no supone solamente una buena capacidad de razonar o un sentido común, es también un don que hay que pedir. Si lo pedimos confiadamente al Espíritu Santo, y al mismo tiempo nos esforzamos por desarrollarlo con la oración, la reflexión, la lectura y el buen consejo, seguramente podremos crecer en esta capacidad espiritual”.
El Papa advierte de algunos riegos y límites de la cultura de hoy que nos pueden separar de Dios: la ansiedad nerviosa y violenta; la negatividad y la tristeza; la acedia cómoda; el individualismo, y tantas formas de “falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual”.
Por ello, el Pontífice propone cinco grandes manifestaciones del amor a Dios y al prójimo que considera de “particular importancia: aguante, paciencia y mansedumbre; alegría y sentido del humor; audacia y fervor; en comunidad; en oración constante.