Continúan los trabajos en el Sínodo de los Obispos sobre los Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Monseñor Mariano Fazio, Vicario General del Opus Dei, señala algunas palabras que resuenan en este Sínodo: escuchar y acompañar.
Como Jesús, escuchar para proponer
Monseñor Fazio aludió a cómo durante el Sínodo se subrayó que Jesús “es joven entre los jóvenes”. “Jesús −dijo− supo escuchar a todos sus coetáneos y en particular a los jóvenes”.
“En el Sínodo se habló mucho de la imagen de Emaús, el Señor que se hace el encontradizo con personas que estaban desorientadas, y el corazón de estos jóvenes que se llena de entusiasmo por el sólo contacto de Jesús. Jesús les escucha pero también les propone: les propone ir a las escrituras, les propone el contenido de amor de misericordia de Jesús. Creo que los jóvenes necesitan precisamente eso hoy: estar muy cerca de Jesús y escuchar con el alma abierta la propuesta que Él les hace, que es una propuesta de amor”.
La importancia del acompañamiento
En este mes de Octubre el Papa Francisco ha invitado a rezar el Santo Rosario con especial devoción, pidiendo a la Virgen María que “ayude a la Iglesia en estos tiempos de crisis”, en los que han aparecido con más fuerza heridas en la Iglesia, para “repeler los ataques del diablo que quiere dividirla”.
Interpelado sobre la juventud que se aleja por motivos que han escandalizado a muchos fieles, Monseñor Fazio puso el acento en que “no sólo los jóvenes, sino cualquier persona de buena voluntad está escandalizada al ver la presencia del pecado en la Iglesia”: “Son momentos de vivir de fe −señaló−, porque la Iglesia es fundamentalmente una Institución Divina: lo más importante en la Iglesia es cómo Dios actúa, no como actuamos los hombres. Pero tenemos que hacer un acto de contrición, pedir perdón, caminar por esos caminos de conversión para mostrar la maravilla del seguimiento de Cristo, que lamentablemente hoy no estamos mostrando por tantos pecados que hay en la vida de la Iglesia”.
Para recuperar la confianza de los alejados, el prelado recuerda que si una de las palabras claves es “escuchar”, otra es “acompañar”: “Tenemos que acompañar a los jóvenes. El acompañante es una persona identificada con Cristo: trata de poner a los jóvenes en relación con Cristo. Desaparecer nosotros, dejar de ser protagonistas, y, al contrario, ser instrumentos para que los jóvenes se encuentren otra vez con Cristo. Si ven en los acompañantes a Cristo mismo, creo que se recuperará la confianza perdida en la institución eclesiástica”.
Esperanza de una renovación
“Una de las cosas que estoy aprendiendo en este Sínodo −dijo en primera instancia el Vicario General del Opus Dei− es la diversidad de situaciones que enfrentan los jóvenes. Es emocionante escuchar a los obispos de Medio Oriente en donde sufren persecución, a los de África, en donde hay una violencia inaudita, a los del mundo más desarrollado, que están en una sociedad de bienestar pero parece estuvieran como ahogados en las necesidades espirituales”.
Monseñor Fazio concluyó con sus esperanzas sobre este Sínodo: “Espero que sepamos escuchar más, que sepamos acompañar mejor y que renovemos ese afán apostólico de llegar no sólo a los jóvenes que ya tienen el don de la fe, que han recibido el bautismo, sino llegar, como dijo el Señor, hasta los últimos confines del mundo, con renovado entusiasmo, muy unidos a Jesús”.