8/03/20

La “lógica de hacerse cargo del otro”

El Papa ayer antes del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de este domingo nos presenta el milagro de la multiplicación de los panes (cfr Mt 14,13-21). La escena se desarrolla en un lugar desierto, donde Jesús se había retirado con sus discípulos. Pero la gente lo alcanza para escucharlo y hacerse curar: sus palabras y sus gestos sanan y dan esperanza. Al caer el sol, la multitud está todavía allí, y los discípulos, hombres prácticos, invitan a Jesús a despedirse de ellos para que puedan ir a buscar comida. Pero Él responde: “Dadles vosotros de comer” (v. 16). ¡Imaginamos las caras de los discípulos! Jesús sabe bien lo que va a hacer, pero quiere cambiar la actitud de ellos: no decir “despídete, que se las arreglen, que encuentren ellos algo de comer”, no, sino “¿qué nos ofrece la Providencia para compartir?”. Dos actitudes contrarias. Y Jesús quiere llevarles a la segunda actitud, porque la primera propuesta es la propuesta de un hombre práctico, pero no generosa: “despídete, que vayan a encontrar, que se las arreglen”. Jesús piensa de otra manera. Jesús, a través de esta situación, quiere educar a sus amigos de ayer y de hoy en la lógica de Dios. ¿Y cuál es la lógica de Dios que vemos aquí? La lógica del hacerse cargo del otro. La lógica de no lavarse las manos, la lógica de no mirar a otro lado. La lógica del hacerse cargo del otro. El “que se las arreglen” no entra en el vocabulario cristiano.

Apenas uno de los Doce dice, con realismo: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces”, Jesús responde: “Traédmelos acá” (vv. 17-18). Toma esa comida entre sus manos, levanta los ojos al cielo, pronuncia la bendición e inicia a partir y a dar las porciones a los discípulos para distribuirlas. Y esos panes y esos peces no terminan, basta y sobra para miles de personas.


Después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, pienso en el pueblo de Nicaragua que sufre por el atentando a la Catedral de Managua, donde ha sido muy dañada – casi destruida – la imagen tan venerada de Cristo, que ha acompañado y sostenido durante siglos la vida del pueblo fiel. Queridos hermanos nicaragüenses, estoy cerca de vosotros y rezo por vosotros.

Desde ayer y hasta la medianoche de hoy se celebra el “Perdón de Asís”, el don espiritual que San Francisco obtiene de Dios por intercesión de la Virgen María. Se trata de una indulgencia plenaria que se puede recibir acudiendo a los Sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía y visitando una iglesia parroquial o franciscana, recitando el Credo, el Padre nuestro y rezando por el Papa y sus intenciones. La indulgencia puede también ser destinada a una persona difunta. ¡Qué importante es volver a poner en el centro siempre el perdón de Dios, que “genera paraíso” en nosotros y en torno a nosotros, este perdón que viene del corazón de Dios que es misericordioso!

Saludo con afecto a vosotros aquí presentes, romanos -¡muchos!- y peregrinos: ¡veo los alpinos de Palosco allí, les saludo! También muchos brasileños allí, con las banderas. Os saludo a todos, también a los devotos a la Inmaculada, siempre presentes.

Y ampliando el pensamiento a los que están conectados, deseo que en este periodo muchos puedan vivir algún día de descanso y de contacto con la naturaleza, en el que recargar también la dimensión espiritual. Al mismo tiempo deseo que, con el compromiso convergente de todos los responsables políticos y económicos, se relance el trabajo: sin trabajo las familias y la sociedad no pueden ir adelante. Rezamos por esto, es y será un problema de la post-pandemia: la pobreza, la falta de trabajo. Y es necesaria mucha solidaridad y mucha creatividad para resolver este problema.