8/22/20

Lecturas de verano: ‘El asombro en Christian Bobin’

 

Escritor francés que “ilumina lo insignificante”

El humanista recomienda a los lectores de zenit varias obras del escritor francés, quien “con una mirada contemplativa y cargada de agradecimiento”, comparte inquietudes existenciales e impresiones sobre las cosas más cotidianas, convirtiéndolas en objeto de gracia con un cuidado testimonio de gratitud.

Christian Bobin es un escritor francés que canta con asombro a la vida, reflexiona el misterio de la existencia, ilumina lo insignificante y eleva a la plenitud lo ordinario: “A la pregunta siempre embarazosa: ¿qué estás escribiendo ahora?, respondo que escribo sobre flores, y que otro día elegiré un tema todavía más nimio, más humilde si cabe. Una taza de café solo. Las aventuras de una flor de cerezo. Pero por ahora tengo ya mucho para ver: nueve tulipanes muriéndose de risa en un jarrón transparente. Miro su estremecimiento bajo las alas del tiempo que pasa”.

Ha publicado más de cincuenta libros: “Cada mañana abro los ojos y me descubro millonario: la vida está aquí, silenciosa, bulliciosa, colorida, pequeña, inmensa. ¿Es culpa mía si sé reconocer un regalo, si todo viene a mí como una gracia?” Algunos de los más conocidos son: Autorretrato con radiador (Árdora), Resucitar (Encuentro), Geai. Las aventuras de una sonrisa (Pre-Textos), Un simple vestido de fiesta (Árdora), El encanto sencillo (La Cama Sol), Las ruinas del cielo (Sibirana Ediciones), Elogio de la nada (Presencia), La presencia pura (El Gallo de Oro Ediciones) o, entre otros, las biografías literarias El Bajísimo (El Gallo de Oro Ediciones), sobre san Francisco de Asís, y La dama blanca (Árdora) que poetiza la vida de la estadounidense Emily Dickinson.

Su diario Autorretrato con radiador versa sobre la alegría y está tejido por meditaciones en prosa poética fragmentaria y algunos aforismos y poemas. Según el autor, podemos encontrar la dicha en la naturaleza, en el amor, en el otro, en las pequeñas cosas, en los milagros que nos rodean, pero también en la soledad o en la pérdida: “La verdad no es un agujero en la tierra. La verdad es lo infinito del amor recibido a veces en esta vida cuando ya no nos quedaba nada más. Un segundo basta para conocerlo y comprender –incluso si ‘comprender’ no es la palabra– que este infinito tiene necesariamente un lugar que a su vez tiene que ser también él necesariamente infinito. Un agujero en la tierra no es lo bastante grande para contener todo eso”.

Mirada contemplativa

Con una mirada contemplativa y cargada de agradecimiento, a lo largo de la lectura el poeta nos comparte inquietudes existenciales e impresiones sobre las flores, la belleza, la lentitud, la importancia de la espera, la luz, el vértigo de la muerte, Dios, una nube, un radiador, la fragancia de la hierba recién cortada; los rostros de las personas, el paso del tiempo, la esperanza, la risa, la lectura, la escritura, la sociedad actual, el sufrimiento, la familia, el silencio, la libertad, la literatura y el pensamiento de Teresa de Ávila; la frescura musical de Mozart, la humildad o, entre otros temas, sobre la maravilla de existir.

Otra de sus obras más importantes es Resucitar en la que derrota a la muerte con su mirada de asombro: “El día en que nos permitimos un poco de bondad es un día que la muerte ya no podrá arrancar del calendario. (…) Una inteligencia sin bondad es como un traje de seda vestido por un cadáver”. Para el escritor, la pérdida de su padre –enfermo de Alzheimer durante años– es una oportunidad para conocerlo aún más, para trascender la vida, para renacer y vivirla con gratitud y esperanza. Más que el relato de una pérdida, esta lectura es una preparación para la partida final: “Nada conserva mejor la frescura de la vida que la calma de un corazón ardiente”.

¿Puede una sonrisa sostener una vida entera?

Pero Bobin también escribe narrativa. Un buen ejemplo es Geai. Las aventuras de una sonrisauna novela corta de aprendizaje en prosa poética y con pinceladas de realismo mágico que conjuga asombro, verdad, alegría, belleza, bondad y amor: “¿Puede una sonrisa cambiar el rumbo de una vida? ¿Puede una sonrisa, sabiendo que no dura más que una décima de segundo, ser tan sólida como para sostener una vida entera?”.

Albain es el protagonista de esta historia. Un niño de ocho años, observador, solitario, alegre, silencioso, imaginativo y profundamente asombrado que un buen día se encuentra con Geai, una chica a medio camino entre el canto del pájaro del que recibe su nombre y la fantasía infantil que Albain descubre sonriente bajo el manto congelado de un lago; una sonrisa que resquebraja el hielo, reafirma su mirada ante el mundo e ilumina nuestra existencia: “Ver, comprender, amar. La vida es un regalo cuyos finos lazos desato cada mañana, al despertarme”. A partir de ese momento, Geai lo acompañará por su inestable juventud y la edad adulta hasta que encuentre su sitio en el mundo y descubra a una persona que sostendrá –como su amiga invisible– el resto de su vida.

Este bildungsroman es además un estudio novelado sobre el poder de una sonrisa sincera, libre y espontánea alejada de la artificialidad de esta sociedad del beneficio y de la urgencia, como así demuestra el padre de Albain (frío, bruto y calculador): “La verdadera fortuna no es la promesa de una venta; es un rostro desconocido, que a medida que la palabra, poco a poco lo esclarece, se va convirtiendo en familiar, próximo, magnífico, puro”.

Escritura y riqueza de la lectura

Finalmente, otro de sus interesantes libros es Un simple vestido de fiesta, una obra tejida por diez breves historias del mundo de hoy en las reflexiona sobre la escritura y la riqueza de la lectura: “Hay ricos que no tocan ni un libro. Hay pobres que están devorados por la pasión de leer. Dónde están los pobres y dónde están los ricos. Dónde están los muertos y dónde los vivos”.

El volumen se abre con el relato de un narrador anónimo al que le llega un manuscrito de una escritora para que le haga una crítica. La protagonista de la novela es una joven que intenta suicidarse tras sufrir un profundo desamor, pero no lo consigue. Fracasa. Entonces comienza un camino errante hasta que un buen día lee a R. M. Rilke y su alma vuelve a brotar de alegría y esperanza. Con esta luminosa lectura empieza a escribir una carta al poeta alemán en la que desahoga su angustia y recupera la gracia.

Otra escena cotidiana que narra es la que compara los hombres de negocios, siempre en movimiento pero sin avanzar, en contra del hombre “inútil” e inquieto que camina esperanzado. La narración que da título al libro trata sobre el enamoramiento, la importancia de la ausencia, la dicha y el silencio. Por eso, para Bobin, el amor está fuera de toda la lógica de la sociedad de la urgencia.

En otro relato, una mujer fatigada por el duro trabajo del día, aterriza en la noche buscando la luz de la literatura que le alivie el dolor existencial, le permita ver y calme su inquietud: “En su infancia contemplaba el cielo en un charco de agua. Su corazón se prendaba de las luces más simples. Eso es lo que encuentra en la escritura. Eso es lo que encuentra en la lectura. Los libros son como el agua de una fuente. Acerca su cara a ellos para refrescarse”.

Estas historias hablan de la tristeza occidental, del fracaso como oportunidad, de la crisis y el ruido del mundo actual, de las diferencias entre la lectura periodística y la bíblica, del deseo de leer y de escribir, de la importancia de la lentitud, de la falta de contemplación, de la ansiedad, la desesperación, la oración, Dios, el amor, la espera… En definitiva, unas lecturas imprescindibles que estudian la condición humana y celebran la vida.