Antonio Argandoña
Como habitualmente no tenemos ocasión de robar, matar y otras cosas así, nos parece que la ética solo es relevante para situaciones muy raras en la vida
Leí hace unos días una entrada en el blog de Project Syndicate, por Peter Singer y Agata Sagan (aquí, en castellano). ¿Cuál es su plan moral para 2021? Me gustó leer un argumento sobre la ética en la vida ordinaria. Mencionan que quizás nuestra cultura de origen cristiano nos ha llevado a pensar que los Diez Mandamientos son «la» regla ética. Y como habitualmente no tenemos ocasión de robar, matar y otras cosas así, nos parece que la ética solo es relevante para situaciones muy raras en la vida.
«Rechazamos esta visión», dicen Singer y Sagan. «Ser una buena persona hoy exige reflexión y trabajo. Las intuiciones morales que evolucionaron a lo largo de milenios de vivir en sociedades pequeñas y de contacto cotidiano ya no bastan» (los autores se apuntan a la tesis de que las reglas morales se desarrollaron en las épocas antiguas y se incorporaron, de algún modo, a nuestra manera de razonar). «Las acciones que tomemos −o no tomemos− afectan a personas que viven en el planeta hoy y en los siglos venideros. Eso significa que constantemente estamos frente a opciones morales».
Y ahora enuncian algunas de esas opciones morales: «problemas globales como el cambio climático, la pobreza extrema, el cruel confinamiento de miles de millones de animales en granjas factoría, la sobrepesca en los océanos y, por supuesto, la pandemia, generan complejas cuestiones sobre cómo deberíamos gastar nuestro dinero, cuánto destinar a ayudar a los demás, qué deberíamos comer, y cómo debemos usar nuestras habilidades para influir sobre otros y nuestros gobiernos. Los códigos morales escritos hace miles de años no dicen nada acerca del cambio climático y, por lo general, dicen poco o nada sobre la protección del medio ambiente, el trato hacia los animales y la manera en que deberíamos ejercer nuestras responsabilidades como ciudadanos en una democracia».
No me parece mal, pero creo que se trata de una visión limitada de la ética, que sigue reduciéndose a unas cuantas decisiones importantes en la vida. Porque también es una decisión ética pasar de largo por la portería de mi casa sin sonreír al portero, o pasar en rojo el semáforo del paso de peatones en el que se ha detenido una mamá con un niño para enseñarle a respetar las reglas…
De todas maneras, el mensaje de Singer y Sagan me parece importante. «Tenemos que dirigir conscientemente la atención a vivir éticamente. Es una equivocación pensar que podemos esperar hasta que la vida nos ponga antes una decisión moral difícil (…) Por estas razones, prometer ser una persona moralmente mejor no debe ser un asunto de regirse por reglas, como no fumar ni comer golosinas. Son promesas que rara vez se cumplen, en todo caso». Mi consejo sería: procura ser ético todos los días, a todas horas… Acostúmbrate a ser ético. Esto se consigue día a día, hora a hora. Aristóteles lo llamaba aprender a ser virtuoso.
Antonio Argandoña, en blog.iese.edu