El encargado de negocios ante la ONU en Ginebra, monseñor Putzer, denuncia el aumento de actos premeditados de odio religioso y hace un llamamiento a no abusar de la libertad de expresión
La Santa Sede ha expresado su condena «con la mayor firmeza» hacia la profanación, destrucción o falta de respeto hacia los objetos, símbolos y lugares de culto religiosos. Durante la 53ª Sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, el encargado de negocios de la Misión Permanente de la Santa Sede, monseñor David Putzer, intervino en el debate sobre el creciente aumento de actos premeditados y públicos de odio religioso, como la profanación periódica del Corán en algunos países europeos y otros lugares.
En particular, se hizo referencia al reciente incidente en Suecia, donde un manifestante de origen iraquí quemó el libro sagrado del islam frente a una mezquita en Estocolmo a finales de junio, coincidiendo con el inicio de la fiesta musulmana de al-Adha, una de las más importantes en el mundo islámico. Este acto provocó fuertes polémicas y protestas en todo el mundo, incluso el Papa Francisco expresó su indignación y repudio hacia estas acciones.
El Papa Francisco ha enfatizado que cualquier libro considerado sagrado por su comunidad debe ser respetado por respeto a sus creyentes, y la libertad de expresión nunca debe utilizarse como excusa para menospreciar a los demás. El delegado del Vaticano ante la ONU en Ginebra recordó las palabras del Pontífice y expresó su condena y preocupación por la quema del Corán durante el primer día de la festividad musulmana de Eid al-Adha, ya que se ha denigrado el significado de ese día sagrado.
El representante del Vaticano también destacó que los ataques deliberados a las creencias religiosas, tradiciones u objetos sagrados constituyen un ataque a la dignidad humana de los creyentes, ya que la religión es una expresión de la búsqueda de la verdad, el significado y el propósito de la vida.
Además, el encargado de negocios señaló la necesidad de tomar conciencia de que actores deshonestos a menudo cometen actos de intolerancia religiosa, abusando del precioso don de la libertad de expresión para provocar reacciones desproporcionadas. Estas acciones alimentan el odio, la intolerancia y la violencia en un mundo ya afectado por guerras y conflictos. El Papa ha enfatizado en repetidas ocasiones la importancia de la fraternidad como un bálsamo para sanar las heridas de estos tiempos tumultuosos.
Fuente: exaudi.org