9/16/10

Bienvenida de la Reina Isabel II a Benedicto XVI


Reconocimiento de la labor de la Santa Sede en el escenario internacional



Su Santidad:

Con gran alegría le doy la bienvenida al Reino Unido, en particular a Escocia, en su primera visita como Papa. Recuerdo con gran placer la memorable visita pastoral del fallecido Papa Juan Pablo II a este país en 1982. Tengo también vivas en la memoria mis cuatro visitas al Vaticano, y los encuentros con algunos de sus predecesores en otras ocasiones. Me siento sumamente agradecida porque con el pasar de los años han recibido a numerosos miembros de mi familia con una cálida hospitalidad.
Mucho ha cambiado el mundo durante los casi treinta años desde la visita de Juan Pablo II. En este país, apreciamos profundamente el compromiso de la Santa Sede para mejorar de manera extraordinaria la situación en el Norte de Irlanda. En otros lugares, la caída de los regímenes totalitarios en Europa central y del Este ha permitido una mayor libertad para cientos de millones de personas. La Santa Sede sigue teniendo un papel importante en las cuestiones internacionales, a favor de la paz y el desarrollo y para afrontar problemas comunes, como la pobreza y el cambio climático.
Santidad, su presencia en este lugar nos recuerda hoy nuestra herencia cristiana común, y la contribución cristiana al aliento de la paz mundial, y del desarrollo económico y social de los países menos prósperos del mundo. Todos somos conscientes de la contribución especial de la Iglesia católica, particularmente en su ministerio con los pobres y más necesitados de la sociedad, en su atención a las personas sin techo y en la educación ofrecida por su amplia red de escuelas.
La religión siempre ha sido un elemento decisivo de la identidad y de la propia conciencia histórica. Esto ha hecho de la relación entre los diferentes credos un factor fundamental en la necesaria cooperación en los Estados nación y entre ellos. Por este motivo es vital alentar un mayor entendimiento mutuo y respetuoso. Sabemos por experiencia que a través de un diálogo comprometido, se pueden superar viejas sospechas y establecerse una mayor confianza mutua.
Sé que la reconciliación fue un tema central en la vida del cardenal John Henry Newman, por quien usted presidirá una misa de beatificación el domingo. Luchó contra la duda y la incertidumbre, y su contribución a la comprensión del cristianismo sigue teniendo una gran influencia. Me agrada el que su visita ofrezca también una oportunidad para profundizar en las relaciones entre la Iglesia católica y las Iglesias oficiales de Inglaterra y Escocia.
Su Santidad, recientemente usted dijo que "las religiiones nunca deben convertirse en instrumentos de odio, que no se puede justificar nunca el mal y la violencia invocando el nombre de Dios". Hoy, en este país, estamos unidos en esta convicción. Afirmamos que la libertad de culto forma parte del corazón de nuestra sociedad tolerante y democrática.
En nombre de las personas del Reino Unido, le deseo que su visita sea lo más fecunda y memorable posible.