2/02/14

Comentario a la Liturgia dominical

Antonio Rivero 

2 de febrero - Ciclo A - Textos: Malaquias 3, 1-4; Salmo 23; Hebreos 2, 14-18; Lucas 2, 22-40

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).
Idea principal: Jesús es presentado a Dios para ser consumado en la llama de la oferta, y así ser luz en su sacrificio.
Resumen del mensaje: Los cirios que se llevan hoy a la iglesia son un símbolo bellísimo de esta oferta para ser luz. La cera significa toda la disponibilidad a la llama, se consume en la llama y así difunda la luz.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, la vida de Jesús es luz. Él es todo disponible al fuego del amor que viene del Padre, el amor del Espíritu Santo: se ofrece a este fuego para que la humanidad que Él ha asumido se transforme en gloria y luz. Cada instante de la existencia de Jesús es ofrecido para llegar a ser luz. Y esa luz se irradia de manera especial en el momento del sacrificio de la cruz. Ahí la luz es puesta sobre el candelabro para iluminar toda la casa, todo el mundo. Todos miramos a esa luz que viene del Calvario.
En segundo lugar, esta fiesta es un preanuncio del misterio pascual. La procesión con las velas es una anticipación de aquella del Sábado Santo, cuando acompañamos a Cristo-Luz, simbolizado en el cirio pascual. Las palabras de Simeón dejan entrever la pasión, el misterio de Cristo que llega a ser luz a través de su sacrificio, iluminando así las naciones todas.
Finalmente, nosotros hoy vamos al encuentro de esta luz que es Cristo, para ser también luza nuestro alrededor. Nuestra vida cristiana tiene que ser luminosa con nuestro ejemplo de entrega. Pero sobre todo, llega a ser luminosa nuestra vida porque ofrecemos nuestros cuerpos como sacrificio viviente en la cruz de Cristo. Nuestra vida así se consume en la llama del amor y llega a ser luz, gracias al Espíritu Santo.
Para reflexionar: ¿pedimos con insistencia al Espíritu Santo que nuestra vida sea una ofrenda bella, santa, agradable a Dios porque la hemos inmolado en la cruz de Cristo y de ahí Jesús la hace luz para iluminar a nuestro mundo?