José Ramón Ayllón
18 frases que nos presentan de forma suficiente a quien afirmó haber recibido más de 500 e-mails, todos alegando que “gracias a Dios alguien está diciendo lo que era necesario”
A Roger Scruton (1944) le apasionan muchas cosas: el arte, la música, la filosofía, la religión, la política, la universidad, la biología, la neurociencia… Su enorme cultura le permite ser muy crítico con las modas y los tópicos intelectuales, y su brillantez oral y escrita le ha convertido en referencia intelectual obligada. Como una imagen puede valer más que mil palabras y debemos respetar los límites del blog, estas frases nos lo presentan de forma suficiente.
La búsqueda de la belleza hace del mundo nuestro hogar, amplía nuestras alegrías y consuela nuestras penas.
El relativismo es el primer refugio de los canallas.
Un filósofo que diga “no hay verdades, solo opiniones”, se arriesga a que le pregunten: “¿Eso es una verdad o una opinión?”
Una sociedad libre es una comunidad de seres responsables, unidos por la benevolencia y las obligaciones del amor familiar.
El matrimonio no existe para beneficio de la presente generación, sino de la siguiente.
El vino no solo es un objeto de placer, sino de conocimiento.
La belleza está amenazada por el culto a la fealdad en el arte, y por el culto a lo útil en la vida ordinaria.
Para ser original, un artista también debe pertenecer a la tradición de la que parte.
Ser impopular nunca es fácil, aunque serlo por una buena causa es una garantía frente a la desesperación.
La música es el ejemplo perfecto de algo que está en este mundo pero que no es de este mundo.
Cuando los políticos fallan, sus esfuerzos no se dirigen a cambiar, sino a cambiar la creencia de la gente de que ellos han fallado.
En ausencia de una religión organizada, el único vehículo de redención es el arte.
El feísmo convirtió el arte en una broma que hace ya tiempo dejó de tener gracia.
Los grandes artistas del pasado sabían que la vida está llena de sufrimiento, pero tenían un remedio: la belleza.
La obra de arte bella trae consuelo en la tristeza, afirmación en la alegría, y muestra que la vida vale la pena.
Nuestras instituciones docentes han dejado de salvaguardar la cultura, al tiempo que la vida pública se ha imbecilizado de forma deliberada.
La oración y la penitencia se han interrumpido, pero no olvidado. Así que la vida ética sigue siendo posible para quienes deseen recuperarla en las catacumbas de la alta cultura.
Confucio no ofrecía una filosofía, pero nos animaba a vivir como si nuestros actos tuvieran consecuencias eternas.