Rocío del Prado
Expertos de Medicina, Derecho, Ética y Comunicación abordan la importancia de la dignidad, el cuidado y la autonomía tras la reciente aprobación de la Ley de la Eutanasia
“Busquemos una sociedad que proteja al débil y alivie al enfermo”, destacó el doctor Carlos Centeno, director del servicio de Cuidados Paliativos de la Clínica Universidad de Navarra en la mesa redonda “Acerca de la Eutanasia”, organizada por el Instituto Core Curriculum de la Universidad de Navarra. En la sesión, expertos de Medicina, Derecho, Ética y Comunicación abordaron la importancia de recuperar el genuino sentido de la dignidad, el cuidado y la autonomía tras la reciente aprobación de la Ley de la Eutanasia.
El doctor Centeno explicó algunos avances de la medicina que combaten el miedo a morir sufriendo. “La muerte debería llegar suavemente, en paz, sin violencia; aliviada del sufrimiento de la enfermedad y del dolor en la separación de los que se quieren”, afirmó Centeno, director del Grupo de Investigación Atlantes del Instituto Cultura y Sociedad (ICS). Una realidad que, según Centeno, “es hoy posible” con los avances de la medicina. “Con buena medicina se puede morir en paz y sin sufrir. La eutanasia significa morir con sufrimiento; es lo contrario a la muerte natural, es morir con violencia. Por eso la medicina y la eutanasia no se encuentran. Por eso no puede haber acuerdo”, afirmó.
El profesor de Ética José María Torralba destacó que “el de la eutanasia no es un debate ya cerrado tras la aprobación de la ley”. “Quienes pensamos que contradice el bien común, tenemos el deber de seguir explicándolo a la sociedad, como hace cualquier ciudadano ante una ley que considera injusta. Eso es lo propio de una sociedad democrática sana”, añadió. En concreto, le parece grave que, a partir de ahora, “se obligue a todos los enfermos o grandes dependientes a preguntarse si deben pedir la eutanasia”, una tesitura que “dejará en situación de desprotección a los más débiles, a pesar de las garantías que la ley pretende ofrecer”.
También explicó que se está cambiando el significado original de la dignidad humana. “Con esta ley, la persona se queda sola ante su decisión y se diluye la certeza de que la sociedad le dará todo el apoyo necesario, todo el tiempo que haga falta”, afirmó. “En el cuidado a otra persona resplandece de modo especial nuestra humanidad. Seamos una sociedad orgullosa de cuidar a sus personas mayores, enfermos y dependientes, donde nadie piense que sobra o es una carga”, concluyó.
Por su parte, la profesora Teresa Sábada, experta en Comunicación, resaltó la necesidad de crear nuevas imágenes y marcos contextuales que sirvan para recuperar el sentido de los conceptos ante la actual “confusión conceptual” que se ha producido en el relato de la eutanasia. “Debemos ayudar a la claridad en el debate en dos direcciones: el significado de la realidad que entendemos por eutanasia y en la introducción de matices”. Además, destacó algunos marcos de la opinión pública actual que favorecen la defensa de la vida, como la igualdad social, la recuperación del sentido de lo natural o el valor de acompañar a los enfermos de COVID que se ha ensalzado en la pandemia, entre otros.
Desde la perspectiva del Derecho, la nueva Ley, según la profesora de Filosofía del Derecho Pilar Zambrano, presenta una realidad “inconciliable con otros derechos”, pues al despenalizar la eutanasia se han puesto en cuestión otros como “el derecho a la vida, la privacidad o la autonomía, que permite disponer de la propia vida con o sin auxilio de terceros”. Además, Zambrano advirtió de la afectación al derecho de igualdad, pues “no podemos permitir la eutanasia como discriminación".
Rocío del Prado, en unav.edu