El Papa ayer antes del Regina Coeli.
Antes de terminar esta celebración, me gustaría dar las gracias a los que han colaborado en su preparación y retransmisión en directo. Y saludo a todos los que se han conectado a través de los medios de comunicación.
Dirijo un saludo especial a los que estáis presentes aquí en la iglesia del Santo Spirito in Sassia, Santuario de la Divina Misericordia: a los fieles habituales, al personal de enfermería, a los reclusos, a las personas con discapacidad, a los refugiados y emigrantes, a las Hermanas Hospitalarias de la Divina Misericordia y a los voluntarios de la Protección Civil.
Vosotros representáis algunas de las situaciones en las que la misericordia se hace concreta, se vuelve cercanía, servicio, atención a las personas en dificultad. Ojalá os sintáis siempre misericordiados para ser a vuestra vez misericordiosos.
¡Que la Virgen María, Madre de la Misericordia, nos conceda a todos esta gracia!