6/02/20

“Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”

RICARDO GRZONA


Invocamos al Espíritu Santo
“Espíritu Santo, llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén”.
Evangelio según San Marcos 12, 13-17
En otra ocasión le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos, para que lo atraparan en alguna palabra; y cuando vinieron a Él, le dijeron: “Maestro, sabemos que eres un hombre sincero, y no buscas el favor de nadie porque no miras la apariencia de las personas, sino que enseñas el camino de Dios en la verdad. ¿Es legal pagar el impuesto al César o no? ¿Lo debemos pagar o no?”.
Entonces Él, conociendo su hipocresía, les dijo: “¿Por qué me están poniendo a la prueba? Tráiganme una moneda (denario) para que la vea”.
Se la trajeron y Él les dijo: “¿De quién es esta imagen y esta inscripción?”. Y ellos le dijeron: “Del César”. Jesús, respondiendo, les dijo: “Denle, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Y se maravillaban de Él.
Palabra del Señor
¿Qué dice el texto?
“Maestro, sabemos que eres un hombre sincero, y no buscas el favor de nadie porque no miras la apariencia de las personas, sino que enseñas el camino de Dios en la verdad”.
“Denle, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”
¿Qué nos dice Dios a nosotros hoy en el texto?
La humanidad siempre quiere justificar el poder creer en algo o alguien sobrenatural. Las mismas preguntas de siempre afloran de formas diversas: ¿Dónde está Dios cuando hay sufrimientos? ¿Porqué si Dios existe pasan calamidades? Etc. Hoy vemos a estos personajes intentando poner en una trampa al Señor. Primero viene la adulación a Jesús diciendo que Él enseña con la verdad, luego una pregunta bastante justa, si era lógico y legal pagar impuestos al gobierno de Roma que los tenía ocupados. Conocemos esa respuesta famosa, porque hasta en los proverbios nuestros la utilizamos: “Denle, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”.
Aún en medio de nuestras dificultades nosotros nos preguntamos si es lícito pagar impuestos, cuando no sabemos que hacen hoy los políticos con el dinero que nosotros recolectamos, y seguramente más de uno quisiera hacer una manifestación al respecto. Pero sin entrar en los temas de la vida de hoy, y basándonos en la respuesta de Jesús, debemos ser conscientes que vivimos en una sociedad que merece nuestro aporte, pero como cristianos también debemos darle a Dios lo que le corresponde.
Seguramente te planteas: ¿Y yo qué debo darle a Dios? Hay una respuesta muy sencilla que seguramente puedes encontrar tú en tu propia vida: Cuando mires a tu alrededor, ¿alguien necesita mi ayuda? ¿alguien necesita mi tiempo? Es posible que sí. Depende donde vivas, habrá hermanos que necesiten algo, y tú puedes hacer esa diferencia. Puede ser desde una llamada telefónica para darle ánimo, hasta una acción en servicio de alguien. La única diferencia, es que tú lo estás haciendo cumpliendo con lo que el Señor te pidió. No dejes pasar esta oportunidad que Dios te da. Siéntete invitado por Jesús a darle a Dios tu tiempo para ayudar a otra persona. Es la gran diferencia. De esta manera te vuelves tú, una respuesta que Dios quiere dar a un mundo que necesita esperanza.
Repite hoy varias veces una estrofa de la oración atribuida al padre Pío:
“Quédate, Señor, conmigo, si quieres que te sea fiel”.
Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia