El Papa ayer en el Regina Caeli
Queridos hermanos y hermanas,
Ayer, en La Rioja, Argentina, el Obispo Enrique Angel Angelelli, Carlos de Dios Murias, Franciscano conventual, Gabriel Longueville, sacerdote fidei donum, y Wenceslao Pedernera, catequista, padre de familia, fueron proclamados beatos. Estos mártires de la fe fueron perseguidos por la justicia y la caridad evangélica. Que su ejemplo y su intercesión apoyen especialmente a quienes trabajan por una sociedad más justa y más inclusiva. Uno de ellos era francés, fue a la Argentina como misionero. Los otros tres, argentinos. ¡Aplaudamos a todos los nuevos beatos!
Los invito a unirse a mi oración por los refugiados que se encuentran en centros de detención en Libia, cuya situación, que ya es muy grave, se vuelve aún más peligrosa debido al conflicto en curso. Solicito la evacuación urgente de mujeres, niños y enfermos lo antes posible a través de los corredores humanitarios.
Y oremos por aquellos que perdieron la vida o sufrieron graves daños a causa de las recientes inundaciones en Sudáfrica. Que nuestra solidaridad y el apoyo concreto de la comunidad internacional no le falle a nuestros hermanos.
Los saludo a todos, fieles romanos y peregrinos de Italia y tantos países, especialmente los fieles de Tlalnepantla (México), los jóvenes de Valencia, los estudiantes de Tricase, los adolescentes de Arcore y los de Carugo; Los fieles de Modugno y Génova. Un saludo especial a la peregrinación diocesana de las familias de la Arquidiócesis de Trani-Barletta-Bisceglie, así como a los devotos de la Divina Misericordia reunidos hoy en la iglesia de Santo Spirito en Sassia.
A mis hermanos y hermanas de las Iglesias orientales que hoy celebran la Pascua santa según el calendario juliano, extiendo mis cordiales deseos. ¡Que el Señor resucitado les dé gozo y paz! Y un aplauso también para todos los católicos orientales y ortodoxos, para decirles: “¡Feliz Pascua!”
Finalmente, agradezco a todos los que en este período me enviaron un saludo para la Pascua. Los devuelvo incondicionalmente invocando lo mejor para cada familia.
Buen domingo a todos ! Y, por favor, no os olvidéis orar por mí. Buen almuerzo y adiós.