LARISSA I. LÓPEZ
La víspera del Domingo de Pentecostés, a las 17:30 el Papa Francisco ha presidido el rezo del Santo Rosario desde la Gruta de Lourdes en los Jardines del Vaticano para pedir a la Virgen por la salud de toda la humanidad.
A su llegada a esta gruta, que contaba con la presencia de fieles, el Santo Padre, acompañado por Mons. Rino Fisichela, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, ha colocado unas flores frente a la imagen de Nuestra Señora de Lourdes y ha rezado ante ella.
Antes de comenzar la oración mariana, transmitida por zenit, Francisco ha dirigido una plegaria a la Virgen. Santuarios marianos de todo el mundo se han unido a Francisco telemáticamente en este momento de oración.
Rezo de los misterios
El rezo de los Misterios Dolorosos ha sido dirigido por un total de 14 personas que representan a grupospgrupos implicados en la emergencia sanitaria causada por la COVID-19.
Así, el primer misterio ha sido ofrecido por los médicos, las enfermeras y todo el personal médico y enunciado por Giuseppe Culla, neumólogo, y la enfermera Giulia Pintus.
Maurizio Fiorda, voluntario de Protección Civil , su mujer y su hija, junto con Giovanni De Cerce, superviviente del coronavirus, han dirigido el segundo misterio. Este se ha rezado por el ejército, la policía, los bomberos y todos los voluntarios.
El tercer misterio, en el que se ha recordado a los sacerdotes y personas consagradas que han traído los sacramentos y palabras de consuelo a los enfermos y a los que han perdido sus vidas al servicio de su comunidad, ha sido conducido por don Gerardo Rodríguez Hernández, capellán de hospital y Zelia Andrighetti, superiora general de las Hijas de San Camilo, comunidad infectada en masa por el virus.
El cuarto misterio, ofrecido por los moribundos, por los fallecidos y por todas las familias que han sufrido el dolor de una pérdida, fue pronunciado por Francesco Scarpino, farmaceútico y por Tea Pompeo, que perdió a su madre a causa de la consabida enfermedad.
El último misterio fue llevado por Vania De Luca, periodista, y la familia Bartoli, que tuvo un bebé durante la pandemia. De este modo, se oró por los que necesitan ser apoyados en la fe y la esperanza, por los desempleados, por los que se han quedado solos y por los niños que han venido al mundo en tiempos de COVID-19.
Invocación a la Virgen
Al término del rezo de la oración mariana, el Papa Francisco rezó frente a la Virgen la segunda oración propuesta por él mismo en su carta escrita con motivo del mes de mayo, dedicado a la Virgen, y que comienza con las palabras “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios”.
Finalmente, el Papa ha impartido su bendición y se ha dirigido especialmente a los santuarios de América Latina conectados con este momento de oración: “A todos ustedes en los santuarios de América Latina, veo Guadalupe y tantos otros, que están
comunicados con nosotros, unidos en la oración. En mi lengua materna los saludo. Gracias por estar
cerca a todos nosotros. Que nuestra Madre de Guadalupe nos acompañe”.
Santuarios del mundo
Entre los numerosos santuarios que han acompañado al Pontífice en este acto, se encuentran: de Europa, Lourdes, Fátima, Santa Rita de Casia, Pompeya, Czestochowa; de Estados Unidos, el santuario de la Inmaculada Concepción (Washington D.C.).
En África, el santuario de Elele (Nigeria) y de Notre-Dame de la Paix (Costa de Marfil); y de América Latina, el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (México), Chiquinquirá (Colombia), de Luján y Milagro (Argentina).