Monseñor Fernando Ocáriz
Queridísimos: ¡que Jesús me guarde a mis hijas y a mis hijos!
Os escribo unas pocas líneas para aseguraros mi oración y mi cercanía, especialmente a quienes seguís sufriendo más directamente la emergencia sanitaria y sus diversas consecuencias, que se están recrudeciendo ahora en muchos sitios. Esta oración, como la vuestra, tiene también muy presente, junto a tantas cosas buenas, el cúmulo de sufrimientos en la humanidad: enfermedad, desempleo, privación de legítimas libertades, hambre y la ignorancia del amor de Dios revelado en Jesucristo. No me detengo más. Dentro de poco, os enviaré una carta extensa −con fecha 28 de este mes− sobre las características de la dedicación a la Obra según las distintas circunstancias personales. Todas y todos tenemos una idéntica vocación: el mismo espíritu, la misma misión apostólica, los mismos medios espirituales y de formación.
Con todo cariño os bendice
vuestro Padre
Fernando
Roma, 20 de octubre de 2020
Fuente: opusdei.org.