10/04/13

'Aquí la Caridad no es un deber, sino un privilegio y un don'

Rocío Lancho García


El Papa ha comenzado hoy muy temprano su jornada en Asís, en torno a las 8 de la mañana ha llegado al Instituto Seráfico, donde se ha reunido con los niños, trabajadores de este centro para personas discapacitadas físico y mentales. 
Francesca Di Maolo , presidenta del Instituto Seráfico ha dirigido unas palabras de bienvenida al santo padre indicando que "esta obra, a las puertas de la ciudad, encarna plenamente el mensaje de San Francisco que se abre al Amor después del abrazo con el leproso: el hombre con llagas, sufriente, marginado". Así mismo, ha señalado hablando de las personas que acuden al Instituto, que "nuestros hermanos prisioneros de la oscuridad, del silencio, de la inmovilidad afrontan con valor y fuerza los desafíos de la incapacidad.  En este camino, son sostenidos por el apoyo de los operadores que desempeñan su servicio con gran profesionalismo y amor; porque decidir trabajar en el Seráfico es en primer lugar una elección de amor".
Por otro lado, hablando de la labor de los que allí trabajan ha subrayado que "junto a ellos encontramos los valores auténticos de la vida. Aquí vivimos entre las llagas de Jesús.  Aquí la caritas no es un deber, sino un privilegio y un don".
Dirigiéndose el papa ha expresado la certeza "que Su visita podrá ayudarnos a afrontar con renovado entusiasmo el difícil contexto en el que vivimos. Esperamos que en este período de fuerte crisis económica, estos chicos sin voz dejen de ser considerados piedras de desecho, y que sus familias invisibles, demasiado a menudo ofendidas por el abandono, no sean vistas como un problema que se deban afrontar, sino que sean reconocidas como baluartes de la vida, como capacidad de sostener, cuidar, asistir, amar". A lo que ha añadido que "necesitamos ser vistos con otros ojos. Está en juego la dignidad y la vida del hombre del cual todos somos responsables y custodios. Ninguno puede ser indiferente".
El instituto se encarga de niños y jóvenes con discapacidades múltiples provenientes de todo el territorio nacional. Fue fundado por un fraile franciscano, el beato Ludovico da Casoria, el 17 de septiembre de 1871, día memorable en el cual San Francisco recibió los sagrados estigmas, los mismos que en el pensamiento del beato Ludovico se habrían prolongado hasta tocar los huéspedes del “Serafico”. Cada año se efectúan unas 12.000 horas de terapia de rehabilitación y más de 10.00 horas de actividades educativo-ocupacionales en los laboratorios para los usuarios en régimen residencial, semi-residencial y ambulante; cada año más de 150 familias, procedentes de todas las regiones de Italia, se dirigen a los servicios de este centro.