7/26/18

‘La ideología de género no puede con la vida real: El caso de Twitter y el cine’


Entrevista realizada por Jordi Picazo a Norberto González


“Los lugares comunes culturales pueden reforzar las virtudes sociales o pueden destruirlas, pueden anularlas o debilitarlas, cambiarlas radicalmente no es posible, como hemos visto en los análisis; es decir, los lugares comunes culturales sobre la familia que refuerzan la dimensión antropológica son más numerosos que aquellos que la destruyen”.
Es una de las declaraciones del Dr. Norberto Gonzálezá Gaditano sobre la representación de la familia en los medios de comunicación, en los ámbitos de la información periodística y de la ficción, en la entrevista que le realiza el filólogo y periodista Jordi Picazo.
Jordi Picazo
Jordi Picazo es filólogo y periodista. Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Barcelona (1986). Ha cursado también las asignaturas propias del Bachillerato Eclesiástico de Filosofía. Realizó asimismo estudios de doctorado en Psicología Social de la Lengua en la Universidad de Londres (1990-95) y enseñó en Harrow School, antiguo colegio del actual Emir de Qatar, Hussein de Jordania, Pandit Nerhu, Faisal de Irak, Lord Byron, Churchill y otros.
Norberto González
Por otro lado, el Dr. Norberto González Gaitano, el entrevistado, es director de la Cátedra Family and Media de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma) y Catedrático de Opinión Pública en la Facultad de Comunicación de esa universidad. Dirige varios proyectos internacionales de investigación sobre la representación de la familia en los medios y de educación del carácter a través de la narración.
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‘La ideología de género no puede con la vida real:

El caso de Twitter y el cine’
Me paseo en una mañana de 14 de setiembre por Roma, día en que la Iglesia Universal celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. Y tengo cita con Norberto González Gaitano en la biblioteca de la Universidad pontificia de la Santa Cruz precisamente, en la ciudad eterna. Me siento con él en una sala de tutorías para charlar sobre sus estudios sobre la familia y su presencia en los medios de comunicación y el lenguaje periodístico en general, y el acoso de la ideología de género a través de la conquista del lenguaje. 
Suena exagerado, pero en el transcurso de leer las palabras de Dr. González Gaitano atisbamos ni que sea un poquito cómo la ideología llamada de género no llega a la vida real sino solamente a ciertos laboratorios. Twitter, nada menos, es una pequeña piedra de toque de su artificialidad.
Jordi Picazo – Usted estudia la representación de la familia en los medios de comunicación, en los ámbitos de la información periodística y de la ficción: el periodismo, las  teleseries, las telenovelas, etc. y desarrolla con su grupo una metodología de análisis del discurso público en los textos populares.
Norberto González – Analizamos los lugares comunes del discurso público; estos lugares comunes vienen representados en relación a lo que se ha llamado, ya desde el mundo romano, griego y cristiano, “las virtudes de la sociabilidad”: no son otra cosa que las “virtudes sociales”, que son en el fondo los ladrillos de la fábrica social, como ya habían visto, entre otros, Aristóteles, Cicerón, Tomás de Aquino y la moderna filosofía moral desde MacIntyre en adelante.
Así, tenemos la pietas, la liberalitas, la affabilitas… y usamos estos términos latinos para evitar que se entiendan reductivamente;  la piedad por ejemplo, puede ser entendida reductivamente como compasión, cuando, en su acepción original lo que significa es relación con el origen, una relación de filiación, por tanto. Y después está la veritas, que es otro de los radicales de la sociabilidad. Pues no puede haber justicia ni piedad si no hay verdad.
Examinamos, le decía, cuáles son los lugares comunes culturales y antropológicos ligados a estas virtudes sociales en el discurso periodístico sobre la familia. Y en consecuencia hemos ido estudiando por ejemplo la imagen de la paternidad en los diarios internacionales. Podemos observar que la presencia de la ideología de género efectivamente es muy fuerte e intenta cambiar el modo de leer estas virtudes sociales.
Y esto pretende hacerlo a partir de una reclamación, en el caso de lo que podríamos llamar lobby LGTB, o discurso gay: reclamación de una serie de derechos de igualdad, pero en definitiva lo que ellos estaban buscando es una de esas virtudes sociales que es el reconocimiento, ya que efectivamente las personas con tendencia de atracción hacia el mismo sexo han sufrido discriminaciones. Y, ¿qué es lo que ocurre? Pues que, para conseguir ese reconocimiento han apuntado a obtener a su vez el reconocimiento de las uniones homosexuales como matrimonio, como familia; porque cuando empezaron la batalla ideológico-cultural en los años 80 a nivel global, entonces la familia gozaba de reconocimiento social. En definitiva, el reconocimiento jurídico del “matrimonio homosexual” era instrumental: apelándose a la “injusticia” de la discriminación (virtud social de la justicia), fácil de compartir por cualquiera en cuanto que apela a la compasión por la injusticia sufrida, se descartaban otras piezas claves de la fábrica social (la verdad y la piedad).  Esto lo que hace es sacar las cosas de su sitio.
Yo creo que quienes han intentado defender la naturaleza del matrimonio, presentando una argumentación contraria a estas pretensiones infundadas, no han percibido cuál era el problema real. Es decir, el tipo de discurso con el que se ha rebatido no era adecuado porque han faltado argumentos para darse cuenta de que lo que estaba en juego era otra cosa.
Ontología y Kultur
En el discurso público de los medios de comunicación hay unos lugares comunes que están fundados en la naturaleza de las cosas, que son antropológicos, y otros que son culturales, cambiantes con el tiempo y los lugares. Y, ciertamente, los medios de comunicación social contribuyen a configurar o a reforzar estos lugares comunes culturales, o incluso a cambiarlos. Los lugares comunes antropológicos y culturales se sobreponen porque en la realidad están unidos. Solamente los distingue el análisis. Se sobreponen y, por ellos, el proyecto ideológico pretende, por así decirlo “edificar la naturaleza”, modificar la dimensión antropológica, porque la naturaleza humana también es de algún modo cultural. Por tanto esa naturaleza de lo humano se puede plasmar socialmente, pero no se puede modificar su ser antropológico, la naturaleza misma del ser hombre o ser mujer.
He aquí, a mi juicio, el gran desafío; porque estos lugares comunes culturales pueden reforzar las virtudes sociales o pueden destruirlas, pueden anularlas o debilitarlas, cambiarlas radicalmente no es posible, ccomo hemos visto en los análisis; es decir, los lugares comunes culturales sobre la familia que refuerzan la dimensión antropológica son más numerosos que aquellos que la destruyen.
En Twitter no hay lugares comunes relativos a la familia procedentes del lobby gay.
Esta influencia de los medios de comunicación que le mencionaba la vemos, por ejemplo, en un estudio de la representación de la familia en Twitter a partir del hashtag ‘familia’. Esto ha demostrado que la presencia de lugares comunes y culturales relativos al  llamado ‘lobby gay’ son prácticamente inexistentes, mientras que son mucho más fuertes en la información periodística y en las series de televisión.
Y eso es así porque hay más control por parte de unas minorías sobre la información periodística y en las series de televisión, donde ciertamente se asume en más ocasiones un discurso ideológico. En cambio, Twitter representa más la sociedad real, por lo que ahí son prácticamente inexistentes los lugares comunes propios de la ideología de género. Así los lugares comunes más activos en Twitter referentes a la familia son lugares comunes como la piedad, la familia como ámbito de la gratuidad, del don, , etcétera, aunque también los hay metafóricos, como los que usan los comerciales, para vender un producto asociándolo a los valores de la familia: la comida genuina, como la de antes, hogareña, etc. Ver el club de fútbol, sus asociados entre sí, como una “familia” es un uso metafórico de la familia.
La Familia como Metáfora
La realidad de la familia también se utiliza como metáfora en ocasiones, y también eso lo podemos constatar en Twitter. Por ejemplo, cuando leemos “Twitter es una familia”. Y esto son metáforas que aprovechan una connotación positiva de la familia para vender otra cosa, un grupo, unos lazos que en definitiva son conexiones: no son lazos como los que establecen una relación familiar real.
Jordi Picazo Con la metáfora ponemos en un mismo cajón realidades distintas al decir por ejemplo: “Este o aquél es mi única familia”… y puedo oírlo decir de mi perro en tal o cual película, que ha sido mi único compañero en los últimos 15 años; o lo puede decir ese afroamericano de su compañero de apartamento en Philadelphia, también afroamericano, única familia en los últimas décadas de su existencia. Y en varios de esos supuestos estamos hablando de familia real. Habría por tanto diversos tipos de familia…
Norberto González – Metáfora en su sentido original no significa solamente una realidad fantasmagórica, o ideal, virtual, asimilable a no-real: la metáfora existe porque los conceptos se pueden predicar de distinta manera en base a las realidades diversas. Y podemos decir que las características de la familia, los lazos que se ven en la familia, son lazos fundantes, como la relación de paternidad, la relación de maternidad, la dilección de amor entre los esposos, o de fraternidad, que vienen dados, pero no acabados, porque necesitan la cooperación de la voluntad humana para que esos lazos biológicos se transformen en realmente fundantes de la persona, en la identidad de la persona. La persona humana se define no solo por unos lazos biológicos, sino también por unos lazos reales que se constituyen por la colaboración libre de la persona a través de la realización de las virtudes.
Por eso la familia puede ser el lugar más hermoso y a la vez el más monstruoso. Precisamente porque esos lazos pueden constituir un cielo o convertirse en un infierno.

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La familia en los medios de comunicación:

“No existe la familia tradicional”
Jordi Picazo – Se me ocurre que con la frase “tipos de familia” se intentaría “desestabilizar”, y “demostrar” la falsedad del concepto “unívoco” de familia, equiparándola falsamente con el concepto de “familia tradicional” cuando la familia tradicional es la familia basada en el amor complementario sexuado abierto a la vida, célula de la sociedad, a proteger. Así, a los cristianos se les acusa de pensar que “solo” hay un tipo de familia. ¿Piensa Usted que equiparando esa vocación cristiana y vocación social de extender la familia humana en un entorno de familia, a la que se llama tradicional equiparándola a otros tipos, se busca quitarle la importancia y el rol que tiene eliminando así también los valores que transmite? Me atrevo a decir que no es válido el apodo de “tradicional” para la familia, en esta línea.
Norberto González – Es fatal, pues no existe la familia tradicional frente a la familia moderna. La familia es una, que se realiza históricamente en forma más o menos perfectiva o más o menos defectiva. En el pasado había familias tradicionales que eran inequívocamente desastrosas. Y es importante analizar y entender cómo intervienen los medios de comunicación en la configuración de estas ideas (leer aquí sobre trabajode investigación equipo Dr. Norberto GG). Dice Ashley Montagu que la sociedad se configura también a partir de la imagen que ella tiene de sí misma, y cambia según la imagen que contribuye a configurar. Entonces este es el papel de los medios de comunicación, que pueden modificar cambiar la sociedad para bien o para mal.
Una gramática universal de la familia
Jordi Picazo – Por el fenómeno del cruce de culturas y la consecuente interculturalidad, que convierte especialmente las grandes metrópolis en comunidades cosmopolitas, me pregunto si existe una “gramática universal” de la familia, trazos comunes que podamos identificar, común denominador en Barcelona, Singapur, Kampala, Seattle o Minsk, o entre los aborígenes australianos. ¿O por el contrario es simplemente un constructo social arbitrario y objeto de definición del partido político o consejo de ancianos que rija la comunidad en un momento dado?
Norberto González – Sí, hay una gramática universal de la familia, y a mí me parece que es particularmente visible en las grandes obras de la literatura y el cine. Particularmente me encanta el cine chino, y especialmente Zhang Yimou, por ejemplo en ‘Sorgo Rojo’, ¡Vivir!’, ‘Hero’, ‘El amor en el espino blanco’. Por otra parte, es el gran cineasta chino de la revolución cultural, censurado muchas veces. Bien, él tiene una vida personal digamos que movida, difícil, compleja. Pero en sus películas, cuando habla de la familia, toca bien dentro, por eso alcanza todas las culturas, y por eso ha sido bien recibido en Occidente. Ciertamente la sensibilidad de ‘Regreso a casa’ es todo un canto a la pietas. Entonces, hay notas comunes que percibes perfectamente (ver filmografía de Z Y).
Percibes, decía, estas constantes universales, está gramática de la piedad, del amor como donación, etcétera, no obstante las dificultades. Con dificultades ciertamente, pues hablamos del amor no como una utopía, sino como un ideal, sí, pero que es realizable y realizado, que exige una cooperación y la respuesta libre de las personas.
Por desgracia, vemos cómo en Occidente tenemos mucha más dificultad para representar esto hoy día. Porque la presión de esos lugares comunes culturales que han debilitado la imagen ideal de la familia es tan fuerte, que no somos capaces de hacer un discurso tan bello como estos filmes. Lo cual no quiere decir que no esté presente esa imagen de la familia, ciertamente está presente. Incluso en una filmografía de vanguardia, como El árbol de la vida, película norteamericana del mismo director de La delgada línea roja.
Hombre malo y abusador
El árbol de la vida transmite el mensaje profundo de que la cultura moderna ha perdido el sentido de la paternidad, y además aporta a mi juicio una tesis muy bonita: que no podemos recuperar el sentido de la paternidad en la cultura sino recuperamos el origen mismo de la paternidad, idea que es presentada como denuncia. Y es fuertísimo esto que dice, que el origen de la paternidad es Dios Padre (ver tráiler YouTube). La película empieza con una larguísima secuencia sobre la Creación.
Estéticamente, El árbol de la vida ha sido muy aplaudida por la crítica ‘hollywoodiana’, la élite ‘hollywoodiana’, quizá porque no entendieron el mensaje profundo de la película. El padre es el malo en la cultura moderna, el abusador; es el macho violento, etcétera.
La dimensión profética del Arte
El arte se adelanta siempre a su tiempo. Ahora estoy pensando en una autora como Susana Tamaro. Y es que no cabe duda de que Susana Tamaro en su libro Donde te lleve el corazón, y en el resto de su obra literaria, es consciente en el fondo de dirigirse a una cultura nihilista, y, por tanto, piensa, ‘mi literatura es aparentemente nihilista, pero hay Redención’. Entonces esto es lo que quiero decir: tanto en un contexto como en otro se está hablando de la familia, se está hablando de la paternidad, y en algunos casos presentándola como valor positivo, bello y hermoso, valor que todavía está por realizar socialmente. En otros casos, como una aspiración de algo que hemos perdido o que nos falta. En definitiva, es un horizonte de llegada. Este fenómeno es global, yo creo que sí. No puede ser de otra manera, por ello la gramática de la familia es universal, como conclusión a su pregunta.
Estoy pensando ahora mismo en otros dos filmes que han tenido éxito, ciertamente no ‘hollywoodiano’ como en el caso de El Árbol de la vida pero sí de crítica y de público. Es El hijo del otro (2014), un filme francés que plantea el problema de la identidad en la familia en relación con el origen étnico: el problema que se plantea en la familia cuando los padres descubren que los niños han sido cambiados en una incubadora, y ellos tienen en realidad un niño palestino, mientras que el hijo de la familia palestina es en realidad su hijo. Es interesantísimo el encuentro entre las familias (ver tráiler YouTube).
Esto es un lugar común, que hemos tratado en nuestra publicación ‘Familia y medios de comunicación’, y del que el Dr. A. Malo, catedrático de Antropología filosófica de la Universidad de la Santa Cruz en Roma, se ha ocupado abundantemente. Más en concreto desde el ángulo de la “antropología de la relación”, en su reciente libro. Precisamente él ha hecho una estupenda crítica cinematográfica sobre esos dos filmes, publicada en nuestro portal. Esa película plantea el contexto de la cultura japonesa con dos matrimonios a los que en realidad los médicos les han intercambiado inconscientemente los hijos. Entonces, ahí lo que se explora no son las relaciones de clan, de tribu, étnicas, sino internas de la familia: lo que supone en la relación marido y mujer, padre e hijo en este caso. Esto te hace ver una vez más que la ‘gramática’ de la familia es universal. Se trata de dos universos culturales totalmente distintos, conflictivos en este caso. Y la lectura de fondo es la misma.
Aún otro filme en el que estoy pensando ahora es El velo pintado. Esta película es una adaptación fantástica de la famosa novela homónima de W. Somerset Maugham donde el tema central es el perdón (ver tráiler YouTube). Una frase de la crítica en la presentación de la carátula del vídeo comercial dice: “a veces la distancia más larga es la que existe entre dos personas”. Es la historia de un adulterio, la historia también de un descubrimiento del amor a través del perdón. Es una novela fantástica. De ahí su éxito intemporal.
El folleto de Glaad
Jordi Picazo – En Filadelfia, EE. UU., en la espera de la venida del Papa Francisco en septiembre de 2015, el lobby LGBTIQ a través de la asociación Glaad, difundió unos panfletos entre los profesionales de los Medios de Comunicación, en los que se nos explicaba el lenguaje que a su manera de ver deberíamos usar para hacer nuestro trabajo bien. Clasificaba algunas expresiones como correctas, incorrectas, ofensivas, y también calificaba de “destructiva” la campaña de la jerarquía católica romana. Es lo que Usted comentaba de la influencia de la ideología más sobre los Medios de comunicación que en “la calle Twitter”. Otros términos inexactos para Glaad serían “la Iglesia” como sinónimo de “los obispos” o “la jerarquía”: “La definición de ‘la Iglesia’, técnicamente, es “todo el pueblo de Dios.” Decir, “La Iglesia católica está en contra de la igualdad de matrimonio” no es exacta. “Obispos de la Iglesia Católica” están en contra de la igualdad de matrimonio. Así, un término ofensivo sería “homosexual”: se prefiere “gay”, pero como adjetivo.
Así, sería correcto “Hombre gay” o “lesbiana” (sustantivo); “persona gay” Igualmente ofensivo sería “el estilo de vida gay” o “estilo de vida homosexual” y se prefiere “la vida de personas gay, lesbianas y bisexuales”, pues “No hay un único estilo de vida lesbiana, gay o bisexual”. Las lesbianas, los hombres gay, los bisexuales y personas transgénero son diversos en la forma en que conducen sus vidas (verinforme Glaad aquí, español/inglés).
Se me ocurre que este juego lingüístico es similar a tomar una célula, extirpar el núcleo y ponerle otro núcleo: tomas un concepto y lo manipulas. El pensamiento discurre a través de lenguaje, las palabras, y cambiando los conceptos expresados por las palabras cambia la percepción de la realidad.
Norberto González – «No es que pensemos con palabras, sin embargo el lenguaje no solo es el vestido del pensamiento, es su forma. Es muy interesante a este respecto el ensayo de George Orwell “La política y la lengua inglesa” sobre la manipulación del lenguaje como instrumento de arma política, escrito justo en el contexto de la Guerra Mundial».