El Papa a los periodistas
“Hay pocas profesiones que
tienen tanta influencia en la sociedad como la del periodismo” con un
rol de gran importancia y responsabilidad porque “escriben el primer
borrador de la historia”. Lo indicó este jueves el papa Francisco al
recibir hoy en el Vaticano a una delegación del Orden de los periodistas
de Italia.
Deseó por ello que el periodismo “sea un instrumento de construcción,
un factor de bien común, un acelerador de procesos de reconciliación,
que rechace la tentación de fomentar el choque con un lenguaje que sople
sobre el fuego de las divisiones, y más bien favorezca la cultura del
encuentro”.
Y si bien reconoció que la critica es legítima, y añadió “también
necesaria”, puntualizó que “el periodismo no puede volverse un arma de
destrucción de personas o peor aún de los pueblos”. Añadió que tampoco
“debe alimentar el miedo delante de los cambios o fenómenos, como las
migraciones forzadas por la guerra o por el hambre”.
El Santo Padre si bien señaló que la prensa escrita y televisiva
pierden relevancia ante los nuevos medios digitales, especialmente entre
los jóvenes, “los periodistas cuando tienen profesionalidad permanecen
una columna portante, un elemento fundamental para la vitalidad de una
sociedad libre y pluralista”.
Un cambio el de los medios digitales, explicó, que llevó también a la
Santa Sede “a vivir un proceso de renovación del sistema comunicativo” y
del cual “la Secretaría para la comunicación será el natural punto de
referencia”.
El Santo Padre quiso compartir así una reflexión sobre el ‘qué y
‘cómo’ en la profesión de los periodistas puede mejorar la sociedad en
al que vivimos.
Reflexiones merecerían una jornada de retiro, lo que reconoció “no es
fácil en el ámbito periodístico, una profesión que vive continuos
‘tiempos de entrega’ y ‘fecha de cierre de edición’”.
Y ayudando a hacer una reflexión el Papa se detuvo en tres elementos: Amar la verdad, una cosa fundamental para todos, especialmente para los periodistas; vivir con profesionalidad, algo que va más allá de las leyes y reglamentos; y respetar la dignidad humana, que es mucho más difícil de lo que se puede pensar a primera vista.
Amar la verdad, quiere decir no solamente afirmar,
pero vivir la verdad, dar testimonio de ella con el propio trabajo,
dijo, y precisó que “la cuestión no es ser creyentes o no creyentes. La
cuestión es ser honesto con sí mismo y con los otros”. Puntualizó además
que “no siempre es fácil llegar a la verdad, o por lo menos acercarse a
esa”. Y que en la vida “no todo es blanco o negro” y también en el
periodismo “es necesario saber discernir entre los matices de gris en
los eventos que es necesario narrar”. Y pidió “nunca decir o escribir en
conciencia, algo que no sea verdadero”.
El segundo punto que señaló el Pontífice es vivir con profesionalidad,
“más allá de lo que está escrito en los códigos de deontología, sin
someterse a los intereses de parte. Por ello “la vocación del
periodismo” es a través de la búsqueda de la verdad “hacer crecer la
dimensión social del hombre, favorecer la construcción de una verdadera
ciudadanía”.
El Pontífice en sus palabras indicó que es necesario para ello una
sociedad democrática y recordó como las dictaduras de cualquier ‘color’,
intentaron siempre apoderarse de los medios de comunicación e imponer
nuevas reglas a la profesión periodística.
Y sobre el respetar la dignidad humana, lo que es
importante en todas las profesiones, subrayó que es “de manera
particular en el periodismo”, porque detrás de una simple narración “hay
sentimientos, emociones, en definitiva, la vida de las personas”.
Recordó también como él ha hablado muchas veces de los
chismorreos como ‘terrorismo’, y que esto vale para las personas
individuales, en la familia o en el trabajo, y “mucho más para los
periodistas”. Además porque “un artículo se publica hoy y mañana es
sustituido por otro, pero la vida de una persona injustamente difamada
puede ser destruida para siempre”.