El papa Francisco ha dedicado la catequesis de la audiencia
general de esta semana a reflexionar sobre el reciente viaje apostólico
que realizó al Cáucaso, a Georgia y Azerbaiyán. Como cada semana, antes
de la audiencia, el Santo Padre ha pasado por la plaza de San Pedro con
el papamóvil para saludar de cerca y bendecir a los fieles venidos de
todas las partes del mundo. El Papa ha asegurado que el testimonio del patriarca Elías II de Georgia, “me ha hecho mucho bien al corazón y al alma”.
Así, en el resumen de la catequesis en español, el Pontífice ha señalado que con su reciente viaje a Georgia y Azerbaiyán, ha completado su visita a estos tres países caucásicos, que inició visitando Armenia.
“Ambos países están viviendo una
nueva fase histórica, en la que encuentran algunas dificultades en
varios ámbitos de la vida social”, ha indicado, recordando que “es
precisamente allí, donde la Iglesia Católica debe estar presente y ser
cercana”, de modo especial “con el signo de la caridad y de la promoción
humana, en comunión con las otras Iglesias cristianas y en diálogo con
las demás comunidades religiosas”.
En Georgia –ha añadido– esta misión
pasa por la colaboración con los hermanos ortodoxos. Asimismo, ha
indicado que en los encuentros que tuvo con los fieles cristianos de
Georgia les animó “a mantenerse firmes en la fe, con memoria, valor y
esperanza, y a vivir la misión unidos a Cristo, mediante la oración y la
caridad concreta”.
Por otro lado, ha explicado que este
estilo de presencia evangélica, como semilla del Reino de Dios, “es
también muy necesario en Azerbaiyán, donde la minoría católica convive
con la mayoría musulmana y los hermanos ortodoxos, teniendo buenas
relaciones con todos”. Por eso allí, además de la eucaristía, el Papa ha
recordado que tuvo también un encuentro interreligioso, “pues la fe en
Cristo anima la búsqueda y el diálogo con todos los que creen en Dios,
para la construcción de un mundo más justo y fraterno”.
A continuación ha saludado
cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los
grupos provenientes de España y Latinoamérica y ha pedido “que la
firmeza humilde de nuestra fe nos haga testigos valientes de Cristo y
portadores de reconciliación, unidad y paz en el mundo”.
Después de los saludos en las distintas lenguas el Santo Padre ha
dedicado unas palabras a los jóvenes, los enfermos y los recién casados.
Así, ha querido recordar que octubre es el mes misionero, en el que
“somos invitados a rezar intensamente a la Virgen María, Reina de las
Misiones”. Por eso, ha pedido a los jóvenes que sean “misioneros del
Evangelio” en sus ambientes “con la misericordia y la ternura de Jesús”.
A los enfermos les ha invitado a ofrecer su sufrimiento “por la
conversión de los alejados y de los indiferentes”. Finalmente, a los
recién casados les ha exhortado a ser “misioneros en vuestra familia
anunciando con la Palabra y el ejemplo el Evangelio de la salvación”.
Han participado hoy en la audiencia 33 ex prisioneros de Auschwitz y
200 personas en riesgo de exclusión de la fundación invulnerables.