Sergio Mora
¿Qué está sucediendo?
Esta fue la pregunta que uno de los jóvenes del congreso nacional de las
Escuelas por la Paz le hicieron al papa Francisco, en el encuentro que
tuvieron este sábado en el aula Pablo VI en el Vaticano. Un verdadero
diálogo entre el Papa y los jóvenes que hicieron las preguntas, a
quienes llamándolos por sus nombres les respondió una a una.
Partiendo de allí el Santo Padre les recordó que los programas tienen más ‘audiencia‘ si hay violencia, como si hubiera un gusto en esto.
Pero también que hay mucha gente buena en el mundo que no se ve, que
da la vida por los otros, aunque esos no hacen noticia y contó de una
religiosa que conoció, la cual en África dedicó toda su vida al servicio
de los otros.”Hay gente buena pero el mundo está en guerra: díganlo”.
Añadió: “Sentí vergüenza por el nombre de una bomba: ‘madre de todas
las bombas’. La mamá da vida y esta da muerte. ¿Y llamamos mamá a aquel
aparato? ¿Qué está sucediendo?”.
Respondiendo a la segunda pregunta: ¿Por qué es tan difícil aprender a
amar? El Papa a su vez le hizo una pregunte al joven, quien respondió
el “mal el dinero y el poder” y el Santo Padre subrayó “el dios dinero”.
El sucesor de Pedro señaló que según algunas estadísticas lo que más
hacen ganar es el tráfico de armas, la droga, la explotación de gente,
de niños obreros, algunos que trabajan desde los 7 años. La explotación
de los operarios, no solo en los países lejanos, sino también en Europa e
Italia, cuando le pagan en negro o sin contrato. “Esto se llama
destrucción, nosotros los católicos lo llamamos pecado mortal”. Y
recordó que hay “mujeres que son vendidas para explotarlas”.
Respondiendo a otro joven señaló que es necesario, “evitar el
terrorismo de las palabras”. Por ejemplo cuando en hay un percance de
tráfico sale una “letanía de insultos”, y que “insultar es herir a
alguien”.
Les invitó a tener “una actitud de mansedumbre”, lo que “no significa
ser estúpido, sino decir las cosas sin herir”. Es una de las virtudes
que tenemos que volver a aprender, dijo. porque “la educación no educa a
esta virtud de la mansedumbre”, esto debido a que se ha roto el pacto
educativo entre la familia y la escuela.
El Santo Padre contó cuando de niño, dijo algo incorrecto a una
maestra y mandaron a llamar a su mamá al colegio. Allí la madre le hizo
pedir perdón a la maestra, y ese momento terminó bien, pero en la casa
menos… Y por el contrario hoy sucede que cuando una maestra desaprueba a
un alumno, los papás van a quejarse. Y “un joven crece mal”, porque
“tiene que haber un pacto” entre “escuela, familia y Estado”.
El sucesor de Pedro invitó además a los jóvenes presentes “a escuchar
a los otros”.Contó de un diálogo televisivo preelectoral en el que se
‘apedreaba’ a los otros.” Si a un nivel así no se logra hacer dialogar
el desafío es muy alto”, dijo. Es más fácil insultar, reconoció, pero
hay que educar a dialogar “con mansedumbre y con respeto”.
Sobre la destrucción del ambiente para poder ganar, el Santo Padre
señaló las experiencias químicas que arruinan la salud. Y se preguntó
“¿De dónde vienen estas enfermedades extrañas?”. Estamos “no solamente
ensuciando lo creado sino destruyendo lo creado”, baste pensar indicó
que muchos pediatras “aconsejan evita dar pollo de criaderos a los niños
por las hormonas que tienen”.
“Resignarse es una palabra prohibida, resignarse nunca, nunca, usar la creatividad” exhortó el Papa.
Y respondiendo a que los gobiernos parecen que no querer cambiar nada
recordó a una famosa cantante italiana: “La grande Mina: parole parole
parole” (palabras, palabras, palabras).