“Queridos hermanos y hermanas, en ocasión del actual Jubileo de los
Reclusos quiero dirigir un llamado para que sean mejoradas las
condiciones de vida en las cárceles en todo el mundo, para que sea
plenamente respetada la dignidad humana de los detenidos. Además deseo
reiterar la importancia de reflexionar sobre la necesidad de una
justicia penal que no sea exclusivamente punitiva, sino abierta a la
esperanza y a la perspectiva de reinsertar al reo en la sociedad.
De manera especial pongo a la consideración de las autoridades
civiles competentes la posibilidad de cumplir en este Año Santo de la
Misericordia, un acto de clemencia hacia aquellos presos que se
considerarán idóneos a beneficiarse de la medida.
Hace dos días atrás entró en vigor el Acuerdo de París sobre el clima
del planeta. Este importante paso adelante demuestra que la humanidad
tiene la capacidad para colaborar en proteger lo que ha sido creado y
poner la economía al servicio de las personas y construir la paz y la
justicia.
Mañana, además, en Marrakech, en Marruecos inicia una nueva
sesión de la Conferencia sobre el clima, finalizada además para la
actuación de tal acuerdo. Deseo que todo este proceso pueda ser guiado
por la conciencia de nuestra responsabilidad en la custodia de la casa
común.
Ayer en Scutari, Albania, fueron proclamados beatos 38 mártires: dos
obispos, numerosos sacerdotes y religiosos, un seminarista y algunos
laicos, víctimas de la durísima persecución del régimen ateo que dominó
por muchos años aquel país durante el siglo pasado.
Ellos prefirieron sufrir la cárcel, las torturas y también la muerte,
con tal de permanecer fieles a Cristo y a su Iglesia. Su ejemplo nos
ayude a encontrar en el Señor la fuerza que sostiene en los momentos de
dificultad y que inspira actitudes de bondad, perdón y paz.
Saludo a los peregrinos que han venido desde diversos países: las
familias, los grupos parroquiales, las asociaciones. En particular
saludo a los fieles de Sidney y de San Sebastián de los Reyes, al Centro
académico romano Fundación y a la Comunidad católica venezolana en
Italia; así como la los grupos de Adria-Rovigo, Mendrisio, Roccadaspide,
Nova Siri, Pomigliano D’Arco y Picerno. A todos les deseo un buen
domingo y por favor no se olviden de rezar por mi”.
Y concluyó “¡Buon pranzo e arrivederci!”.