4/20/17

Trinidad, familia y pueblos originarios

Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas



VER
Nos hemos reunido en Quito, Ecuador, los integrantes el equipo asesor del CELAM sobre un asunto fronterizo, la teología india, para preparar el VI Simposio, que versará sobre el misterio de la Santísima Trinidad y su vivencia en los pueblos indígenas. Este evento, programado por el mismo CELAM en su plan de trabajo, se llevará a cabo en Asunción, Paraguay, en septiembre próximo. Su objetivo general será proseguir el camino de profundización de los contenidos doctrinales de la Teología India, para avanzar en su clarificación a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia. Son cuatro sus objetivos específicos: Profundizar en la fe católica sobre el misterio de la Trinidad en sus diversas expresiones a través de los tiempos y las culturas. Conocer, compartir y dialogar sobre el modo cómo viven los pueblos originarios el misterio de la Trinidad y la familia. Ofrecer elementos teológicos para acompañar pastoralmente a las familias originarias en los procesos de cambio que están viviendo. Celebrar la fe trinitaria con expresiones propias de las familias originarias. Nos importa mucho el tema de la familia, por todos los cambios culturales que está experimentando, aún en los lugares más apartados de las montañas y las selvas, convencidos de que tenemos una gran riqueza en la Revelación, que les ofrecemos, para ayudar a salvar la familia.
En los Simposios anteriores se han abordado temas muy importantes: El primero fue en Bogotá, en 1997, para empezar a desbrozar los prolegómenos. El segundo fue en Cochabamba, en 2002, para profundizar algunos contenidos introductorios. El tercero fue en Guatemala, den 2006, sobre Cristo en los pueblos indígenas. El cuarto fue en Lima, Perú, en 2011, sobre la teología de la creación en la fe católica y en los mitos, ritos y símbolos de los pueblos originarios cristianos en América Latina. El quinto fue en San Cristóbal de Las Casas, en 2014, sobre la Revelación de Dios y los pueblos originarios. Todos ellos se han hecho de común acuerdo y con participación de la Congregación para la Doctrina de la fe, pues desde que era su Prefecto el Cardenal Joseph Ratzinger, nos insistió en la importancia de realizar estos diálogos en comunión eclesial, participando los obispos designados por las Conferencias Episcopales para los temas indígenas, junto con teólogos que están elaborando y viviendo esta teología en los pueblos originarios. Se ha avanzado bastante, en un clima de discusión y apertura eclesial. Queremos mantenernos fieles y firmes en nuestra fe católica, pero con el corazón y la mente cercanos a las experiencias religiosas de los indígenas, en los cuales también actúa el Espíritu de Dios.

PENSAR
El Papa Francisco ha dicho: “Bien entendida, la diversidad cultural no amenaza la unidad de la Iglesia. El mismo Espíritu Santo es la armonía, así como es el vínculo de amor entre el Padre y el Hijo. Él es quien suscita una múltiple y diversa riqueza de dones y al mismo tiempo construye una unidad que nunca es uniformidad sino multiforme armonía que atrae. La evangelización reconoce gozosamente estas múltiples riquezas que el Espíritu engendra en la Iglesia. No haría justicia a la lógica de la encarnación pensar en un cristianismo monocultural y monocorde. Por ello, en la evangelización de nuevas culturas o de culturas que no han acogido la predicación cristiana, no es indispensable imponer una determinada forma cultural, por más bella y antigua que sea, junto con la propuesta del Evangelio. El mensaje que anunciamos siempre tiene algún ropaje cultural, pero a veces en la Iglesia caemos en la vanidosa sacralización de la propia cultura, con lo cual podemos mostrar más fanatismo que auténtico fervor evangelizador” (EG 117).
La teología, en diálogo con otras ciencias y experiencias humanas, tiene gran importancia para pensar cómo hacer llegar la propuesta del Evangelio a la diversidad de contextos culturales y de destinatarios. La Iglesia, empeñada en la evangelización, aprecia y alienta el carisma de los teólogos y su esfuerzo por la investigación teológica, que promueve el diálogo con el mundo de las culturas y de las ciencias. Convoco a los teólogos a cumplir este servicio como parte de la misión salvífica de la Iglesia. Pero es necesario que, para tal propósito, lleven en el corazón la finalidad evangelizadora de la Iglesia y también de la teología, y no se contenten con una teología de escritorio” (EG 133).

ACTUAR
El Espíritu de Dios, a través de los tiempos y las culturas, se expresa de diversas formas. Escuchémoslo en las vivencias religiosas de los pueblos indígenas, y ofrezcámosles siempre la plenitud de la Revelación que Jesucristo nos ha traído.